Según Edgar Ocampo en monografiaz.com, el consumo mundial diario de petróleo sería de 30 mil millones de barriles al año, (lo que equivale a decir que cada medio año el mundo fagocita las reservas de un país petrolero importante). Dado que las energías alternativas todavía necesitan enormes subsidios como para ser viables en los países en vías de desarrollo, que la práctica del fracking (especie de piedra filosofal que resolverá los problemas energéticos de la Humanidad) es todavía incipiente y suscita recelos medioambientales y que la inercia de los activos petroleros no permitirá que las grandes compañías abandones sus equipos e infraestructura actual, hará que la economía mundial siga gravitando sobre la dependencia del petróleo en la próxima década.
El gas se presenta como el único sustituto ante una presunta escasez de petróleo, en especial el gas no convencional o gas de esquisto, modalidad de gas natural que se extrae de rocas de pizarra situadas bajo la superficie de la tierra mediante la técnica del fracking. Dicha técnica, hija del ingeniero George Mitchell, consiste en la extracción de gas natural mediante la fracturación de la roca madre (pizarras y esquistos), aunque países como Francia han prohibido ésta práctica por sus posibles impactos medioambientales a pesar de poseer las mayores reservas europeas.
Sin embargo, el recurso del gas natural convencional sigue el mismo camino de inestabilidad que el crudo y su declinación sería tan sólo unos años después que la del petróleo, por lo que algunos países ya cuentan con reservas estratégicas de petróleo que destinan exclusivamente para uso en situaciones críticas para garantizar el consumo interno durante un par de meses además de implementar medidas cosméticas de ahorro de energía.
De esta forma Barack Obama, anunció que el Gobierno norteamericano reducirá sus emisiones de gases con efecto invernadero un 28% para 2020 (lo que supondría un ahorro de 250 millones de barriles de petróleo) lo que aunado con el boom del fracking para extracción de gas de esquisto (del que EEUU sería pionero en su aplicación) podría hacer que EEUU consiga el autoabastecimiento energético en el horizonte del 2020.
China, por su parte, habría fijado el Plan Energético Quinquenal con el objetivo reducir la dependencia del carbón y del petróleo, ya que el carbón cubre el 70% de sus necesidades energéticas y de continuar la tendencia actual, su consumo se duplicará en 15 años con los consiguientes efectos colaterales en forma de contaminación medioambiental.
La utopía del autoabastecimiento energético europeo
Uno los factores que más repercute en la dependencia energética de un país es la cantidad de petróleo y gas que debe importar para la industria y transporte, estando la media europea en el 52% y al ser Rusia el principal abastecedor de gas, petróleo y carbón de la UE (con un 42%, 33% y 26% respectivamente), se deduce que la UE sufre de rusodependencia energética severa que le hace extremadamente vulnerable al chantaje energético de Putin.
Así, acuciada por la elevada dependencia energética (más del 50%), la alta volatilidad de los precios del gas y petróleo debido a factores geopolíticos desestabilizadores y la imperiosa necesidad de la garantía de un aprovisionamiento seguro de energía, la UE estableció una estrategia energética basada en los acuerdos preferenciales con Rusia y Argelia para el suministro de gas, en la utilización de obsoletas centrales nucleares en lugar de reactores atómicos de nueva generación EPR (European Pressurized Water Reactor) y en el extraordinario impulso de las energías renovables (primer productor mundial), con el objetivo inequívoco de lograr el Autoabastecimiento energético y de recursos hídricos en el horizonte del 2020.
Asimismo se aprobó el ambicioso Programa Europeo sobre el Cambio Climático en el horizonte del 2020 (el Triple 20), con el compromiso de recortar las emisiones de dióxido de carbono en un 20%, mejorar la eficiencia energética en otro 20% y lograr que el 20% de la energía consumida proceda de fuentes renovables aunado con la Reorientación del Transporte de mercancías terrestres por las nuevas Autopistas del Mar y Vías férreas de Alta Velocidad mediante la imposición de tasas ecológicas al transporte por carretera y a los vehículos sin etiqueta ECO.
Sin embargo, según Marie-Helene Fandel, analista del European Policy Centre, “la política energética de la UE adolece de una elevada dependencia del exterior debido a su escasez de recursos y su limitada capacidad de almacenamiento" lo que aunado con la incapacidad de los Veintisiete para desarrollar una verdadera política energética común, ralentizará todo el proceso y hará inviable la utopía de la Autodependencia energética europea en el horizonte del 2020.
La pinza energética rusa
El proyecto del gasoducto conocido como Nabucco West, proyectado por Estados Unidos para transportar el gas azerí a Europa a través de Turquía, Bulgaria, Rumania y Hungría y así evitar el chantaje energético ruso, fracasó al haberse inclinado Turkmenistán, Uzbekistán y Kazajistán por el proyecto ruso del gasoducto South Stream y tras retirarse finalmente Azerbaiyán del proyecto en junio de 2013, siendo elegida la vía alternativa del gasoducto transadriático (TAP, Trans Adriatic Pipeline), mediante el cual Azerbaiyán exportará su gas hacia Europa a través de Grecia, Albania e Italia pero que sólo puede transportar un tercio del proyecto Nabucco, por lo que no supone ninguna amenaza para los intereses de Rusia.
Por parte rusa, en el 2007 presentó el proyecto del gasoducto South Stream, gasoducto de 39.000 millones de dólares que recorre Rusia, Bulgaria, Serbia, Hungría, Eslovenia e Italia y que garantiza el suministro de gas ruso a la Unión Europea evitando el paso por la pro-estadounidense Ucrania tras la crisis del gas del invierno del 2006 y los recortes de suministro producidos en incontables países de la UE. Recordar que el 80% del total del gas que la UE importa de Rusia pasa por Ucrania y abastece en más de un 70% a países como los Países bálticos, Finlandia, Eslovaquia, Bulgaria, Grecia, Austria, Hungría y República Checa y que en el 2009 se volvió a reeditar dicha crisis ruso-ucraniana.
Por último, la coalición de intereses ruso-alemanes ideó el proyecto Nord Stream que conectará Rusia con Alemania por el mar Báltico, con una capacidad máxima de transporte de 55.000 millones de metros cúbicos (bcm) de gas al año y con una vigencia de 50 años. Dicha ruta se estima vital para Alemania y los Países Nórdicos, por lo que ha sido declarado de “interés europeo” por el Parlamento Europeo y crucial para la geoestrategia energética rusa, pues con dicha ruta se cerraría la pinza energética rusa al descartar a las Repúblicas Bálticas y Polonia como territorio de tránsito.
Rusia conseguirá así su doble objetivo geoestratégico de asegurar un flujo ininterrumpido de gas hacia Europa por dos vías alternativas, (lo que invalidaría las tesis de la ex-Secretaria de Estado de EEUU, Hillary Clinton de “querer estrangular la economía europea” ) y convertir de paso en “islas energéticas” tanto a Ucrania como a las Repúblicas Bálticas, por lo que no sería descartable un posterior intento ruso de fagocitar a dichas ex-repúblicas soviéticas utilizando el chantaje energético para resquebrajar la unidad comunitaria, en la certeza de que Alemania y Francia no dudarán en sacrificar a dichos países en aras de asegurar su abastecimiento energético.
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