Nuestra casa, el planeta Tierra, sigue pidiendo a gritos un poco de respeto y avisándonos de que estamos cada vez más cerca de su colapso. Si hay una cosa que tienen clara los activistas medioambientales de hoy en día es que salvar el planeta es una cuestión tan necesaria como urgente. Según expertos como el biólogo y activista por los derechos de la naturaleza, Dimitri Defranc, el planeta no solamente está abocado a una extinción masiva, sino que está actualmente en ella.
“Hemos extinguido el 40% de los vertebrados, con esto rompemos de forma masiva la cadena trófica, que es la que da el equilibrio. El Amazonas está sufriendo este fenómeno desde hace más de 100 años. De hecho, la empresa Ford fue una de las compañías históricas de las que se guardan registros, y hoy se denuncia que destruyó diversidad y esclavizó a 40.000 indígenas. Las petroleras como Exon y Shell, mineras chinas y americanas, están depredando constantemente porque el petróleo es la sangre del capitalismo y los minerales son su alimento. La vida que se pierde en realidad está subestimada: en un solo árbol del Parque ITT Yasuní del Amazonas se calcula hay más variabilidad genética que en todo el norte de América”, explica Defranc.
Según Defranc, la idea de que el Amazonas es el pulmón del planeta es un tanto errónea, ya que, según señala el biólogo, “realmente no debemos entender un solo ecosistema como la joya planetaria. La joya son todos los ecosistemas: los humedales, los glaciares, los bosques europeos, la sabana, la buena firma de los océanos… Todos forman la salud del planeta. Así como nuestros pulmones están formados por alvéolos, todos los ecosistemas son alvéolos que forman el “pulmón del planeta”. Entender esto e interiorizarlo es una revolución.”, asegura Defranc.
Greta Thunberg y la revolución informativa “Para los que venimos denunciando hace más de 30 años lo que Greta Thunberg está denunciando ahora, que hemos visto cómo se prostituye a las mujeres, cómo se depredan toneladas de animales, cómo las muertes de los defensores de la tierra y la vida se calculan aproximadamente 200 personas asesinadas al año -como fue el caso de Berta Cáceres o Bosco Wisuma-, es un aliciente que se hable de ello y que los medios pongan las cámaras en este tema. Es por ahora una muy positiva revolución informativa de levantar conciencias. Pero la verdadera misión es que pase a ser una revolución empática con fuertes cimientos científicos y políticos para recuperar el planeta a una velocidad superior a la que lo estamos destruyendo.”, señala Defranc.
“Para detener esta degradación del planeta existen miles de acciones, pero debemos de ser inventivos, tanto o más de lo que hemos sido desde la revolución industrial y la revolución informática: debemos crear la revolución de la empatía. Esta nos permitirá comprender la globalidad y poner los cimientos para legalizar y popularizar conceptos como "La naturaleza como sujeto de derechos", plasmarlo en las constituciones y en el corazón de las personas con el fin de proteger la naturaleza, respetar sus ciclos y salir del consumismo, es decir, seguir disfrutando del planeta pero sin los excesos que son inclusos perjudiciales a nuestra salud, como el exceso en el consumo de grasas o el tabaco.”
“La responsabilidad debe ejecutarse a diferentes niveles: empresarial, social, política, individual. Debemos exigirnos a nosotros mismos rebajar el consumismo, ¡en España se tiran a la basura 38 móviles por minuto! Tenemos que empezar a dejar de comprar productos fabricados por empresas que participan en la depredación masiva del planeta, como las marcas de móviles, que fabrican sus artículos con los minerales de sangre en minas esclavas, de las que se extraen coltán, casiterita y wolframio.”, advierte el activista y biólogo, fundador del partido ecologista ‘Proposem’ de Sant Cugat del Vallès.
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