Siglo XXI. Diario digital independiente, plural y abierto. Noticias y opinión
Viajes y Lugares Tienda Siglo XXI Grupo Siglo XXI
21º ANIVERSARIO
Fundado en noviembre de 2003
Opinión
Etiquetas | España | Administración local

Una ley contra el régimen

No se crean ustedes que todos los problemas que tiene la administración del Estado vienen dados por las manirrotas Corporaciones Locales
ZEN
lunes, 21 de octubre de 2013, 08:58 h (CET)
Me refiero, naturalmente, que la ley que se está tramitando en este momento en el Congreso de los Diputados es una ley contra el régimen local, contra la autonomía local de los municipios y una farsa que sólo busca concentrar competencias en las comunidades autónomas en perjuicio de los ayuntamientos.

No se crean ustedes que todos los problemas que tiene la administración del Estado vienen dados por las manirrotas Corporaciones Locales que, en manos de políticos corruptos o ineptos, han esquilmado las arcas públicas. Pues no. Al menos no se lo crean del todo ya que algunos casos ha habido. Sobre todo en las grandes ciudades.

La mayoría de municipios, y eso si que es cierto, ante la inactividad de las Comunidades Autónomas, han tenido que asumir competencias que no les correspondían pero que eran absolutamente necesarias para sus ciudadanos.

En los pueblos y ciudades, desde sus gobiernos, alcaldías y concejalías se mira cara a cara a los ciudadanos, sus problemas duelen en carne propia, porque cuando sales a la calle a pasear te los encuentras, te cuentan sus desgracias y dificultades, y necesitas hacer algo.

La administración autonómica está lejos. No tanto como la de Madrid. Pero está muy lejos. A los diputados casi ni se les conoce, y los Consejeros y Presidentes se les ve por la televisión autonómica diciendo lo bien que va todo. Pero nada más.

Seguramente si todas nuestras administraciones ejercieran sus competencias correctamente, y dotaran a sus servicios de partidas presupuestarias suficientes, no sería necesario ir contra el régimen local. Pero nuestras administraciones autonómicas, y la Valenciana sobre todo, prefirieron ir por el carísimo camino de las políticas de grandes eventos.

El proyecto de Ley de Reforma del Régimen Local no va a ser la solución al desastre de nuestra administración. Cercenará la posibilidad de prestar unos servicios sociales que las autonomías no prestan por incapacidad técnica o económica, o simplemente por pura inoperancia. Y seguirán pagándolo en sus carnes los más desfavorecidos.

Lo que Reagan y Thacher hicieron en los ochenta ahora lo hacen “los mercados” en una Europa capitaneada por gobiernos conservadores y liderada por una alemana recientemente respaldada por las urnas mayoritariamente.

Sinceramente, creo que sería mucho más fácil utilizar las estructuras que ya tenemos, de una forma honrada.

Así, las diputaciones provinciales son, según nuestra Constitución, entidades locales que tienen la obligación de velar y colaborar en el desarrollo de los municipios pequeños. Sin embargo, se han utilizado como centros de poder caciquil.

Con este cambio legislativo, vamos a darle un poder a las Diputaciones que ya tienen según ley. Pero no habrá ninguna ley que socave la voluntad de los caciques de instrumentalizar las diputaciones para sus intereses electorales. En consecuencia, estamos inventando la pólvora mojada… otra vez.

Si las Mancomunidades son perniciosas, es por la misma razón. Si las utilizáramos para la sana colaboración entre municipios para rentabilizar y maximizar sus servicios, son un instrumento de primer orden. Y sin que sea necesario hacer desaparecer pequeños ayuntamientos “no rentables”.

Y eliminar concejales y la representación política en los pequeños ayuntamientos supondrá una concentración de poder en unos pocos y una merma de capital humano que ofrece su esfuerzo para evitar la desertización en amplias zonas de nuestro país sin sueldo alguno.

En definitiva, esta ley nos lleva a una reducción drástica de la democracia, a una clara desertización de aquellas zonas de nuestro territorio que no son “rentables” electoralmente y, cómo no, a una pérdida de servicios para los más desfavorecidos.

En efecto, esta es una ley contra el régimen local y contra todos los ciudadanos de poblaciones pequeñas que son las que vertebran nuestro territorio nacional.

Sigamos sin hacer nada. Sigamos sin reaccionar. Que esta gente tan maja ya hará el trabajo en el sacrosanto nombre de los mercados.

Noticias relacionadas

“Es el lugar”, decía el mensaje para la Jornada de la Sagrada Familia que celebramos el pasado día 29 de diciembre, donde “renace la esperanza, donde podemos aprender a buscar la verdadera felicidad”. Y es que la familia es la escuela “donde experimentamos el amor incondicional” y aprendemos a no cansarnos de “perdonar” y a comenzar de nuevo una y otra vez. Pero resulta iluso pensar en la familia como una isla inmune a lo que sucede en el entorno.

Detrás de un fenómeno tan complejo como el que los jóvenes españoles no se plantean ser padres, nunca hay una única causa ni una causa simple. Está claro que la tendencia no engaña y que, especialmente Europa, se ha ganado a pulso el invierno demográfico por el que está atravesando.

Trump no es sólo un elefante en cacharrería en Gaza. Es mucho más. Lo de convertir Gaza en Gaza-a-Lago no llega a idea. La Riviera de Oriente Medio sólo puede provocar un éxodo forzado de dos millones de gazatíes. Imagina que llega Trump a tu barrio. Te dice que te vayas porque va a construir la Riviera de Ontenyent. Trump es un agente inmobiliario. Y con la reconstrucción de Gaza los americanos van a hacer mucho dinero.

 
Quiénes somos  |   Sobre nosotros  |   Contacto  |   Aviso legal  |   Suscríbete a nuestra RSS Síguenos en Linkedin Síguenos en Facebook Síguenos en Twitter   |  
© 2025 Diario Siglo XXI. Periódico digital independiente, plural y abierto | Director: Guillermo Peris Peris
© 2025 Diario Siglo XXI. Periódico digital independiente, plural y abierto