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De Obama, Hitler y mi vecinita de enfrente

Que nos espían lo sabemos, pero que lo aceptemos sin reírnos o sin llorar es otra cosa
Pedro de Hoyos
domingo, 27 de octubre de 2013, 12:00 h (CET)
Que yo recuerde he llamado por teléfono en los últimos días al fontanero, a la frutería y a un par de amigos. También a la redacción de mi periódico para decirle a la jefa de redacción lo guapa que es y lo mucho que la admiro por lo bien que hace su trabajo. Y que a ver si me podía subir un poco el sueldo. Todas las conversaciones las he terminado diciendo: “Saludos, Barack, buenas tardes”… que hay que caerle bien a quienes nos mandan.

Yo me estaba sintiendo mal porque el otro día fisgué a mi vecina del otro lado del patio que se había dejado subida la persiana de su habitación justito cuando se cambiaba de ropa, pero ha venido San Obama, premio nobel de la paz, no lo olvidemos, y nos ha dicho que es lícito espiar incluso a los mejores coleguillas, Ángela o Mariano, por ejemplo, y que por eso no merece la pena enfadarse. Qué quieren que les diga… me he sentido reconfortado en mis miradas furtivas a la ventana de mi vecina.

Que nos espían lo sabemos, pero que lo aceptemos sin reírnos o sin llorar es otra cosa. A ver, no nos espían a todos, no. A los muertos de hambre como yo no nos hace ni puñetero caso ni mi pobre perro Zoilo, al que acabo de operar (se acabaron las perritas para él y los problemas para mí), a no ser que en un artículo se me vaya la olla y escriba que hay que poner una bomba debajo de las alfombras del palacio tal o cual (Señores de la CIA y de todas las agencias de espionaje del mundo mundial: es sólo un ejemplo, no empiecen a darme la lata que en realidad no lo pienso, que es cachondeíllo, dejen mi teléfono, mi correo, mi wasap, mi twitter y mi caralibro en paz).

Es una pena, a mí EEUU me parecía un país impresentable pero sin embargo era el menos malo para emigrar en caso de que los socialistas vuelvan al poder o no lo suelte el PP. Que la atención sanitaria dependiera del dinero que tengas era sólo una de las varias razones que tenía para no ir; que nos espíen es la penúltima y la última es que encima nos lo pasen por la cara y se rían de nosotros. Así que tengo que borrar otro país de mi lista de países de posible acogida en caso de emergencia. He borrado ya Italia mientras Berlusconi no entre en la cárcel o varios millones de italianos le defiendan, a Francia mientras haya franceses, a Alemania mientras sigan siendo tan teutones, a Rusia mientras siga siendo la URSS con otro nombre y a…

Bueno, que no les voy a aburrir, todavía me quedan Burkina Faso, Somalia y algunos de ese estilo. Así que a lo peor terminaré por expatriarme a los Estados Unidos para morirme de asco en una calle sin que nadie atienda mis males por no tener dinero para pagarme un seguro privado. A los norteamericanos del norte (¡ja!) les pasa como a la democracia o al capitalismo, que están llenos de defectos pero no hay alternativa mejor, o los tomas como son o te aguantas, aunque se estén cachondeando de nosotros. Son los dueños del mundo desde que se cepillaron a Hitler ante el asombro y la impotencia de Europa. Pero los tiempos pasan, los imperios también y si no que se lo pregunten a los británicos o… o a nosotros, los españoles.

Eso sí, cuando nos hablen de democracia, de Derechos Humanos, de respeto y libertad… nos aguantamos las risas sin que se nos note. Están todos avisados, conste, y…. (Huy, discúlpenme, tengo que dejarles, que mi vecina acaba de levantar la persiana de su cuarto)

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