En Octubre del 2017, el Doctor Benjamín Fernández Bogado escribió: “Ahora tenemos más elementos tecnológicos que facilitan enormemente la transmisión de datos en cuestión de nano segundos y la sensación de quererlo inmediatamente ha puesto en entredicho a los gobernantes acostumbrados a que en la opacidad y secrecía encuentren el modus operandi de un sistema que solo trajo consigo corrupción y alejamiento del sistema democrático de sus reales mandantes: los ciudadanos.” Es indispensable acuñar que, por más de un año, el actual Gobierno Paraguayo y su casta política han forjado una cultura de impunidad; deteriorado la transparencia y empolvado la legislación a favor del acceso a la información pública. La mayoría de los actuales Legisladores y Ministros han empeorado los niveles de gobernabilidad democrática.
El Presidente Mario Abdo Benítez, ha elegido defender al secretismo, su administración sigue encubriendo a saqueadores del estado como tal: Carlos Fernández Valdovinos (el maestro del lavado de dinero), Fernando Lugo Méndez, Carlos Portillo, Tomas Rivas, Ulises Quintana, Luis Alberto Castiglioni, Hugo Sosa Pasmor y una lista amplia de funcionarios enriquecidos de manera ilegal, inescrupulosa y corrupta.
El peor error de Mario Abdo Benítez (MAB) fue la falta de transparencia en la negociación del Acta Bilateral del 24 de mayo del 2019 entre Paraguay y Brasil, firmado en Brasilia. Los Paraguayos están cada vez más conscientes de que la transparencia permite fortalecer las instituciones democráticas y promueve la eficiencia en la gestión pública. La lucha contra la corrupción, lavado de dinero y promulgación de leyes a favor de la transparencia tienen que ser las prioridades de MAB; en caso contrario, las resonancias de la actual agitación en Chile, Venezuela y Nicaragua, muy pronto llegarán a Asunción.
|