La Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia ha castigado a Mediaset con una multa de 1’57 millones por no respetar el horario infantil. 871.000 euros de esa multa son por la emisión en horario protegido de “La que se avecina”, esa obra cumbre de la narrativa universal, esa prima donna de las series españolas, ese ejemplo en el que se miran los grandes productores mundiales de televisión. Se trata de seis multas por infracción grave correspondientes a tres capítulos programados con la calificación de ‘No recomendado para menores de 7 años’, cuando en realidad son desaconsejados para "menores de 13 años", entre otros motivos, “por sus contenidos incívicos, conflictivos y actitudes sexistas”.
“La que se avecina” es una de tantas comedietas españolas llena de vulgaridades, inmundicias y alusiones sexuales y sexistas, que basa su popularidad en la representación de cuanto de zafio, rudo y vulgar les pasa por la mente a sus autores, un vodevil de baja calidad humana, cultural, social y literaria que ha dirigido a la sociedad española a la ordinariez, a la trivialiadad, necedad, simpleza, inelegancia y plebeyez, una bufonada de rabioso éxito entre el público que se ha arrojado en masa por vez primera en su vida a una librería para comprar el libro de Belén Esteban.
Alberto Caballero, exquisito escritor, celebérrimo Nobel, es uno de los creadores de tan exitosa serie que tan bien le define bien a él como escritor y a España como dudoso degustador de basura cultural. El caballerete Caballero se ha cabreado con el gobierno que padecemos (todos, yo también, que no se arrogue él la exclusiva) y ha tenido a bien deleitarnos en twitter con nuevas perlas de su sacrosanta pluma. Tras llamar “panda de subnormales” al gobierno (¡qué original, qué genial, qué incisivo, qué irónico, qué sarcástico!), prosiguió de la siguiente manera: “Señores gobernantes: ¿Qué multa habría que poneros a vosotros, HIJOS DE LA GRAN PUTA?”.
Al caballerete Caballero le parece mal cómo está obrando el gobierno, claro, a mí también. Y a mi vecino. Y al señor que espera en el semáforo y al guardia de la esquina. Pero no le echamos la culpa de los desvaríos de otros. ¿Qué tiene que ver la ineptitud de Rajoy y sus secuaces con que él se salte la legislación de protección a los menores? Porque el gobierno reduzca gastos a cuenta de funcionarios, pensionistas, escolares o enfermos, ¿tiene el caballerete derecho a meter en mi casa la basura que le dé la gana a la hora que le dé la gana? ¿Qué relación hay entre lo uno y lo otro? ¿Como mi vecino es un inepto en su trabajo puedo serlo yo? ¿Sirve de excusa a mis errores los que cometa el portero del equipo de mi pueblo? Al caballerete Caballero no se le podía ocurrir otro disparate mayor... ¿O sí?.
Sí, definitivamente sí. Como muestra de su coeficiente intelectual nos suelta otra joya literaria, de imparcial y equilibrado juicio. Se arma el caballerete de todas sus neuronas y nos dice: “¡¡Pero vamos a ver, si los capítulos están disponibles en internet a cualquier hora. Si el chaval que quiera ver la serie la va a ver!!”. Regla de tres por la cual podíamos liberalizar el consumo de alcohol a cualquier edad, qué más dan todas las leyes, límites o filtros si al final los chavales se van a fumar un porro, a pincharse en vena o ponerse hasta las trancas en el botellón de la esquina… ¿Para qué limitar, prohibir o censurar? Barra libre, hombre, que lo dice el caballerete.
Quien esto escribe lleva treinta y cuatro años metido hasta las cejas en el mundo de la educación, comprobando cómo estas series minúsculas, groseras, ordinarias, zafias, vulgares, chabacanas y rastreras han educado a media España mucho más que los más desesperados planes educativos de cualquier gobierno, ley Wert incluída. Comprendan los lectores que estoy desesperado…. Si el caballerete Caballero se ha sentido ofendido no le pido perdón; lo haré encantado cuando le vea en televisión llorando, con la cabeza y los hombros cubiertos de ceniza y pidiendo perdón a toda la nación… esto… a todo el “Estado”.
Y ya puestos a aceptar las críticas al actual gobierno, el gobierno de los recortes, el gobierno del paro, el gobierno de los desahucios… ¿dónde estaban las agrias, amargas y desesperadas críticas del caballerete Caballero cuando Zapatero nos hundió en esta miseria, ignorando la crisis, contando nubes o inventando inexistentes brotes verdes? ¿Dónde estaban sus descarnados twits cuando Zapatero negaba reiteradamente la crisis que otros socialistas más meritorios que él (Almunia, MAFO) anunciaban o conocían pero taimadamente callaban (Solbes)? A tomar, Caballero, a tomar. Los mayores retrasados mentales sois los que pergeñáis cuatro diálogos rústicos, agrestes, rudos y toscos y los llamáis comedia.
Y encima queréis hacer creer que España es así.
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