Hermanos: como hemos sido muy buenos los Reyes Magos nos han traído un gobierno respaldado por la mayoría de nosotros. Un regalo que estábamos pidiendo a gritos electorales desde hace mucho tiempo pero que no había manera de que llegara.
Pero es curioso, el mismo regalo de reyes para unos nos supone un gran regalo cargado de ilusión en el futuro, y para otros este regalo es como si Baltasar les hubiera dejado bajo el árbol de navidad el peor de los carbones negros renegridos.
Comprendo que, cuando Sus Majestades no le dejan a uno lo que ha pedido, empiece una rabieta antológica de esas que a los padres nos dejan en evidencia y que te dan ganas de darle al crio un par de zurras, que no se los das porque ya no está bien visto y porque el chavalín decepcionado y en pleno ataque de histeria puede llevarte ante los tribunales. Y ahí era donde quería llegar yo. Nos vamos a hartar de políticos de izquierdas ante los tribunales de todo tipo: contencioso administrativos, penales, constitucionales y todos los que se os puedan ocurrir. Porque los que han recibido el negro carbón van a canalizar sus frustraciones en los juzgados. Ya lo avisaron en la sesión de investidura. Y contra eso no hay nada que hacer más que defenderse y gobernar.
A los que sí que les ha tocado la lotería será a los tertulianos oficiales que van a tener una auténtica mina de destilación biliar. Durante los discursos de investidura, tanto en la radio como en la tele, ya estaban segregando opiniones contra cada uno de los portavoces. Criticaban hasta a los de su propia ideología por blandos. Nos vamos a divertir con el juguete.
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