Conocimos a Miquel Suay como diseñador en la pasarela 080 de Barcelona, sus diseños eran muy interesantes, su llegada a esta pasarela se vivió como una bocanada de aire fresco, llegaba de Valencia y aportaba algo nuevo. Luego, le conocimos personalmente, nos pareció una persona tímida, introvertida, a medida que le fuimos tratando nos dimos cuenta que las distancias cortas siempre son mejores. Tiene las ideas muy claras, la mente abierta y la conversación ágil. Miquel, a nuestra manera de ver, es una persona que diseña como un artista y se ocupa del negocio con la “finezza” de un gran empresario internacional.
Las ideas le bullen y, para desgracia del mundo de la moda, no todas llegan a la calle. Recientemente hemos coincidido en Mollerussa, en una población en la que desde hace 56 ediciones rinden tributo al diseño del vestuario a través del papel. Algo más de veinticuatro horas dan para mucho y esta entrevista es sólo un pequeño resultado.
Dentro de un mes Valencia hará CLEC, lo veremos en la Feria de la ciudad del Turia en la CLEC FASHION FESTIVAL, una idea que se llevará a cabo los días 21 y 22 de febrero, habrá dos días de moda en donde se darán cita no sólo diseñadores, sino todas aquellas personas que forman parte del mundo de la industria de la moda, fotógrafos, modelos, peluqueras, maquilladores, todo aderezado con música, gastronomía de la mano de chefs valencianos y en medio de fiesta, la moda es cultura pero no es necesariamente aburrida.
¿Por qué Miquel Suay? En mi pueblo, Xàtiva, mi padre siempre fue conocido como Suay, aunque se apellida García, un apellido que llevan millones de personas, Suay somos menos y para la empresa priorizamos el nombre con el que toda la gente conocía a la familia.
Usted nace en una familia dedicada al mundo de la moda y la empresa. Mi abuela materna tenía una tienda llamada “La casa de las medias”, y mi abuela paterna hacía de modista en casa, recuerdo que durante las pruebas, siendo un niño, estaba presente observando el proceso que seguía la confección de un vestido a medida. Desde pequeño viví los dos ambientes en los que se movían mis abuelas.
¿Cómo fue la primera evolución de la empresa familiar? Mis padres detectaron que en el mercado de la indumentaria había una carencia, en el mercado no había vestidos de ropa infantil, y tampoco ropa para bautizar a los bebés, y empiezan a confeccionar ropa para niños, abren un taller en Xàtiva y mi padre comienza a viajar para vender nuestros productos mientras mi madre se queda en el taller. En el momento en la que la Feria Infantil de Valencia está en plena efervescencia se decide acudir a la misma, y recuerdo siendo niño acudir con mi padre a ver el stand que allí teníamos. He vivido un sueño que tenía mi familia, una ilusión, un deseo de evolucionar, al que yo he contribuido.
Entre el Derecho y la empresa, elige la empresa Para mí ha sido una evolución natural. En casa siempre nos han dado amplia participación y una gran conexión. Estaba en la Facultad pero la cabeza la tenía en lo que estaba haciendo mi madre, una mujer muy creativa. Siempre he querido saber cómo està hecho todo, los materiales usados, y cuando venían los comerciales a enseñar los tejidos yo siempre estaba presente, mirándolo todo, desde los encajes de Calais a las puntillas de ganchillo. Aunque fuera a la Universidad y haya estudiado Diseño siempre he compartido el enfoque del negocio. Un día mi padre me dijo que podía escoger y dedicarme a la abogacía, yo eso ni me lo planteaba. En el último curso de la Facultad abría la tienda de Valencia, ese curso lo pasé dando vueltas por la zona comercial de Valencia buscando un local idóneo hasta que lo encontré en la esquina de la Plaza de San Agustín, donde estuvimos 21 años, abrimos más tiendas en Valencia, teníamos algunas franquicias, también abrimos en Barcelona y en el 2006 empecé a viajar para hacer desfiles internacionales. Al final no he tenido ninguna duda en dedicarme a este trabajo.
¿Cuándo llega el Miquel Suay diseñador? Hay un momento en que todo lo que les estoy explicando forma parte de la gestión empresarial, del trabajo colectivo, de hacer ropa de ceremonia, pero al final me digo que ya llevo unos años, ya he demostrado mi capacidad y quiero decir la mía. Me gusta la vanguardia y una voz interior me dice que tengo que hacer cosas nuevas para que la vida avance, quiero crear retos, y muy especialmente en España en donde hay tan poca cultura de moda. Hubo una época que fui a Milán, vi las colecciones masculinas y me dije que quería hacer cosas como aquellas. En Milán, donde acudía a comprar, es donde pensé que, con todo el bagaje que tenía, debía hacer algo. Mis diseños están muy relacionados con el arte en la ropa y en la innovación pero también en darles una dosis que no sé si es de femineidad o no, pienso que el arte es unisex, me he dado cuenta que las colecciones que he ido creando son tan buenas para mujer como para hombre.
¿Lo ha conseguido? Empecé antes de la crisis, cuando más brillaban los tejidos. Hacia zapatos con tacón en Almansa que tuvieron éxito, La gente vestía de Miquel Suay de arriba abajo, se gastaban dinero, pero llegó el 2008 con la crisis y empezaron a pedir y vestir de negro, todo sobrio, presupuesto limitado, y tuvimos que reinterpretarnos. Durante once ediciones seguí en Fashion Week de Valencia, después fui a Barcelona a la 080, donde he estado en 10 u 11 ediciones. Más tarde vino una empresa de China que fichó unos cuantos diseñadores italianos, franceses y algunas marcas de empresas españolas, y se nos llevaron a todos a China donde en un centro comercial montaron corners de cada una de las empresas. Adaptamos nuestro producto a aquel país y aprovechamos para visitar centros comerciales para ver el funcionamiento de nuestro producto, aprovechando el viaje para hacer algunos desfiles.
¿Cuáles son los gustos en una cultura tan diferente a la nuestra? Les gusta mucho todo lo que llega de Occidente, quieren descubrir historias nuevas porque han estado en un entorno en el que no tenían esas oportunidades, y no eran capaces de darle valor al carecer de un criterio de moda que ahora ya tienen. Son muchos los profesionales del mundo de la moda que están en China, los jefes de producción de sastrería son italianos y los diseñadores ingleses, el sector textil está en aquel lejano país. Con mi colección también he ido dos veces a Paris y dos a Nueva York.
En Nueva York, desde hace años, en el mundo de la moda se valora y se viste de negro, ¿cómo le fue a usted? La primera vez que estuve allí tenía a la prensa convocada a la seis de la tarde con una fiesta preparada con catering, dos horas antes se conoció la noticia de la muerte de Michael Jackson, no vino nadie, aunque estuvo bien vivir aquel momento. En Manhattan había una feria con tiendas con acento español, la gente iba de tienda en tienda y les sellaban el pasaporte para poder entrar en un sorteo, nosotros estuvimos allí con nuestro stand.
Cada día más las mujeres visten jeans con alguna otra prenda, y no se sale de esta etiqueta, ¿qué piensa de ello? Mi enfoque es que la mujer ha salido de la presión que tenía de ir siempre arreglada y cumpliendo un estándar social para pasar a poder ser más flexible con ropa jogging, los jeans le solucionan más cosas, me parece bien que el día a día siga así. Pero también hay que ser creativo, se pueden vestir unos jeans, ropa de jogging, pero hay que intentar tener personalidad, incluso en las ceremonias la gente ya se pone cualquier cosa, no hace ningún esfuerzo para salirse de esa flexibilidad, incluso en fechas significativas como la Navidad, estamos un poco afrancesándonos, en Francia, a pesar de ser la cuna de la Alta Costura, la gente viste flexible, aunque hay que reconocer que las mujeres francesas tienen estilo y combinan la ropa convenientemente, pero aquí, en ese sentido, parece que no hay ninguna intencionalidad de ser creativo. Con los italianos pasa lo mismo, sin llevar puesto nada especial lo hace especial con la manera de llevarlo y de ser. Encuentro que aquí nos falta mucho para tener esa cultura del estilo.
¿Y qué hace un diseñador ante esta realidad? La gente viene y te compran dos piezas icónicas para hacer un regalo de cumpleaños, no es para el día a día, no hay una ambición de vestir el día a día, sino que eso queda para casos y momentos muy puntuales y, al final, lo que vendes es para esos momentos, por ser Navidad compro una chaqueta, un grupo de amigas se ponen de acuerdo para comprarle un regalo a un amigo por ser un día importante, nuestros diseños al ser de autor se están quedando para momentos señalados y días especiales.
¿Pueden vivir? Le hablo de un mercado local que también está en la red, estamos posicionados también en el mercado internación, y haciendo bien el trabajo al final te llaman de Berlín, China, y también de mercados en los que nunca habíamos pensado ni tenido encargos. A nosotros nos toca vivir del mercado de la ceremonia.
¿Y el mercado nupcial? Este producto lo trabajamos muy bien. Hemos vestido a miles y miles de clientes que han sido felices con nosotros, hay novias que vienen a pedir su vestido de novia en casa porque hicimos el de su madre, o de cualquier otro familiar, o porque la bautizaron con un vestido de casa, en ese sentido tenemos una clientela fiel a lo largo del tiempo.
¿Han cambiado los gustos y usos con el tiempo? Ha caído mucho la tradición de casarse vestida de novia, las bodas han bajado, la gente se casa cada día menos, muchas parejas preguntan al abogado que les conviene boda o pareja de hecho, muchas parejas van al juzgado sin ningún tipo de ceremonia, para nosotros esto es una desgracia porque va desapareciendo ese ejercicio creativo de prendas de calidad con tejidos buenos, el confeccionar vestidos creativos porque hay presupuesto para hacerlo. Es la influencia de la globalización, en las grandes marcas y por Internet puedes comprar de todo, el precio ha bajado, no es un precio real para el trabajo que requiere la atención a una novia que debe ser una atención de Alta Costura, con encuentros con la novia, escucharla, hacerle propuestas, hablarle de tonalidades y de tejidos, son horas de trabajo y atención, pero ahora vienen y te dicen que su presupuesto es de 1.200 euros, y mi atención es muy superior a este precio. La mediana de los precios ha bajado y si quieres sobrevivir lo haces todo más pequeño, nosotros tenemos gente trabajando, tenemos locales, tenemos una carga, tienes que continuar, ¿qué tenemos que hacer?, unirnos a la internacionalización y buscar la notoriedad para hacer algo que sea muy singular, ir también a Internet e intentar que se pague ese servicio pero ahora eso es muy difícil conseguirlo.
¿Le afecta el low cost? El low cost, por desgracia, es irreversible, se ha instalado en nuestras vidas, y lo que hemos de hacer los diseñadores y los que hacemos moda de autor es ser cada día más particulares, hemos de intentar usar todas las nuevas tecnologías, artesanía e innovación y dar a conocer como estamos trabajando vinculándolo al discurso artístico, tecnológico y de innovación, teniendo en cuenta que volver a la artesanía en los materiales utilizados es absolutamente necesario.
¿Qué otros medios tienen para luchar contra el low cost? En Valencia la Agencia de Turismo de la Generalitat ha creado un portal de Internet llamado Ùnic València en el que figurarán establecimientos en los que encontrar productos que no se pueden hallar en ninguna otra localización, una de las cosas que estamos haciendo es integrarnos en este proyecto para que los turistas que vengan a Valencia y entren en este portal puedan encontrarnos y vean qué es lo que hacemos y tenemos en nuestros locales.
Usted es presidente de DIMOVA, ¿qué tipo de actividades llevan a cabo en esta Asociación? DIMOVA se creó en el año 2003, y a través de esta Asociación se hizo la semana de la moda de Valencia, somos la Asociación de referencia, hubo un momento en que las batallas internas eran tan grandes y algunos dejaron DIMOVA para crear otra entidad, mientras otros no quisimos marchar y seguimos en DIMOVA.
¿Se quedaron los diseñadores más conocidos? Si, nombres como Dolores Cortes, Hannibal Laguna o Francis Montesinos. La semana de la moda de Valencia dejó de existir. Nosotros hemos acudido a la Administración para decir que había que prestar atención a la formación, hemos vinculado las escuelas de moda con DIMOVA, y, después de cuatro años, nos hemos aclimatado. Hace dos años presenté un proyecto que ahora vamos a llevar a cabo, en principio no se le prestó mucha atención pero, después de conversaciones, ahora contamos con el apoyo de la Diputación de Valencia, el Ayuntamiento y el Departamento de Turismo y la Secretaria de Economía de la Generalitat Valenciana para esta primera edición y también para las futuras con el fin de que el proyecto crezca, evolucione y se consolide. La idea es mía, soy un espíritu crítico con ansias de mejorar las cosas, pero el grupo se ha sumado a esta idea y por tanto la misma ya es de todos, ya es un producto colectivo, absolutamente de moda y que tendrá lugar en Valencia los días 21 y 22 de Febrero en las instalaciones de Feria Valencia.
¿Una semana de moda a la valenciana? Será un festival de moda en el que intervendrán todas aquellas personas relacionadas con el mundo de la moda, no sólo estilistas, y no será una semana de moda al uso, será un festival en el que pasarán muchas cosas, todas relacionadas con el mundo de la moda, la innovación y la creación. Todo bajo el nombre de CLEC FASHION FESTIVAL
¿Concretamente qué será CLEC? Un escaparate para que todas aquellas personas talentosas relacionadas con el mundo de la moda puedan mostrar su trabajo. Habrá gente consolidada, muy conocida, pero también se pretende que todas aquellas personas que están empezando en el sector estén en este Festival para que se encuentren, conozcan y establezcan lazos para que puedan surgir nuevos proyectos. Todas las escuelas de moda y diseño están comprometidas con este proyecto. Combinaremos la música con la moda, el maquillaje, la peluquería, fotografía, y nos lo pasaremos muy bien, pretendemos que de forma lúdica se ponga la moda en la calle y se explique lo que es su mundo.
¿Habrá un apartado para la gastronomía? Algunos chefs irán a los ateliers de los diseñadores, allí verán cómo trabajan los creadores, los tejidos utilizados, las texturas, los hilos que hacen servir, y, con todas estas referencias, el chef creará platos especiales pensando en las texturas y colores vistos en el taller del diseñador. Platos de los que explicarán el proceso de creación durante la celebración del CLEC, todo de una forma amena, no queremos que esto sea un tostón.
¿Cómo se pueden conseguir las entradas para acudir al CLEC? A través de la web del Festival: www.clec.fashion y a través de ENTERTICKETS.L. Hemos creído que, para todos, esta es la mejor forma de hacerlo. La moda es cultura y la debemos promocionar de la mejor manera posible.
¿Cree que las llamadas “influencers” forman parte del mundo de la moda? Creo que son vehículos de difusión mediante una nueva sistemática de comunicación. Instagram permite que todo el mundo conecte con la gente de manera espontanea y rápida, eso ha permitido que haya gente que tenga dos millones de seguidores en la red y, a partir de ahí, hacer que las propuestas de moda salgan a la calle. Por eso creo que son vehículos de comunicación más que particularidades y filosofía de la moda.
¿Qué está haciendo en estos momentos? Me he parado para mirar que hemos hecho, recogiendo materiales utilizados en todos los trajes que he hecho, viendo fotografías con la atención que antes no les había prestado, estoy reordenando todo lo que, sin parar, he estado haciendo durante trece años, estoy cansado y quemado y ahora toca descansar un poco, recuperarse y ordenar las ideas y ver cuál puede ser el nuevo rumbo. Tengo claro que si tuviera que hacer un desfile lo haría fuera de España, con lo que tenemos ahora estamos contentos, vivos, aún tenemos ilusiones, pero necesitamos algo, un gran espacio, que no se todavía cuál es, exactamente, a lo mejor es China. Hay que plantearse cosas que realmente aporten algo fuerte, esto es lo mismo que el arte, y vender arte es muy complicado.
Recientemente ha sido Presidente del Jurado del concurso Vestidos de Papel de Mollerussa. ¿Cómo ver este certamen? Es un verdadero potencial porque hay implicada mucha gente que año tras año se plantea esta oferta, llegar a las 56 ediciones de diseños de papel es importante, la clave está en eso, en el diseño. Las personas implicadas deberían dar un paso adelante, todo esto bien enfocado y bien orientado, y, sobretodo, con alguna agencia de comunicación vinculada internacionalmente podría llegar más lejos de lo que han conseguido. Lo que tienen, con un alcalde como el que hay en Mollerussa, que es muy inteligente, listo y espabilado, podría tener más oportunidades de las que hasta hoy ha tenido.
Finalmente, ¿qué le pide al CLEC? Estoy intentando que sea un acontecimiento integrador porque mi mensaje es que ya está bien de ser niños y de ser pueriles, vamos a ser serios porque nos va la piel, si somos capaces de generar un sector la Administración nos apoyará y podremos crear proyectos, la moda es un sector industrial muy importante para el PIB nacional, y hay muchas posibilidades económicas para hacer negocio, creamos ocupación, habrá proyectos y habrá nuevos talentos. Lo que estamos haciendo actualmente de ir cada uno a lo suyo, unos en Madrid, otros en Barcelona y otros en proyectos particulares es imposible que funcione, en este proyecto estoy descubriendo gente valenciana que es alucinante. Tenemos un interés común con oportunidad de integrar, y lo vamos a hacer de manera democrática contra todas las barreras que nos quieran poner los que desean que esto no salga bien. Si la gente que paga su entrada, viene y se lo pasa bien se vinculará con la moda y el año próximo el CLEC volverá a funcionar. Los modelos que tenemos actualmente para promocionar la moda y por los que la Administración está apostando no funcionan, me sabe mal por los profesionales que luchan para llevar la moda adelante, pero todos sabemos que esos modelos ya no nos valen, y por lo tanto hay que reinventarse.
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