El epicentro de dicho sismo no se da en UK sino en la vecina república de Irlanda donde el 8 de febrero han de darse sus elecciones generales. En éstas la gran sensación tiende a ser Sinn Féin, el partido nacionalista de izquierda que estuvo ligado al hoy desarmado Ejército Republicano Irlandés (IRA). Según las últimas encuestas éste puede quedar en primer puesto o convertirse en la fuerza que dirima entre los dos partidos tradicionales que siempre se alternan en el poder (los conservadores del gobernante Fine Gael o los liberales del Fianna Fáil).
La principal demanda que hace Sinn Féin en estos comicios es implementar un referéndum para la reunificación de la isla irlandesa, algo que está contemplado en los acuerdos de paz de Belfast de 1998. Sinn Féin ya se ha convertido en el mayor partido entre las dos Irlandas, pues en la del norte detenta la alcaldía de Belfast y lidera a la comunidad católica y pro-republicana. Su caudal electoral es de alrededor del cuarto de los votos tanto en la República de Irlanda como en Irlanda del Norte.
Las pasadas elecciones generales británicas fueron las primeras desde que hace un siglo que existe Irlanda del Norte en que en dicha región los nacionalistas republicanos ganaron más bancas que los unionistas. Incluso dentro de la población protestante nor-irlandesa viene creciendo la idea de mantener los lazos con el resto de Irlanda frente al Brexit. Recordemos que en el referendo europeo del 2016 el 56%v de los nor-irlandeses votaron por mantenerse en la UE y que el plan de Boris Johnson ha sido cuestionado tanto por esa mayoría pro-europea como por el principal partido euroescéptico irlandés (el DUP, antiguo socio de los tories) quien objeta la creación de controles entre Irlanda del Norte y el resto del Reino Unido.
Exactamente 101 años antes de dichas elecciones generales británicas del 12 de diciembre del 2019 en las cuales Boris Johnson logró mayoría absoluta, se dieron las elecciones generales del reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del 14 de diciembre de `1918. Estas últimas desencadenaron un gran sismo pues el Sinn Féin ganó más de 70 bancas que le dieron el virtual monopolio de 26 de los 32 condados de la isla irlandesa.
Los parlamentarios electos del Sinn Féin, en vez de ir a Westminster y posesionarse en la cámara de los comunes, boicotearon al parlamento británico y se reunieron en Dublín donde proclamaron un nuevo parlamento irlandés.
Poco después en todos los condados donde ganó el Sinn Féin se iba a dar el autogobierno de Irlanda que ulteriormente daría paso a la república de Irlanda, mientras que en los 6 condados nororientales donde ganaron los unionistas protestantes pro-monarquía británica se creó Irlanda del Norte, una nueva entidad que rompería con el resto de la isla verde para mantenerse en el Reino Unido.
Sinn Féin fue el partido que lideró en 1916, a mediados de la I Guerra Mundial de 1914-18, la gran insurrección pro-independencia de Irlanda que fue ferozmente reprimida en Dublín. La violencia con la cual se forjó el movimiento separatista irlandés y también éste fue suprimido es algo que contrata el clima pacífico del diferendo con Escocia y que ha hecho que muchos irlandeses sientan simpatía por lo que hizo el IRA.
Con el Brexit han cobrado fuerzas los que demandan un nuevo referéndum para que Irlanda pueda optar por una senda como la alemana de 1989 que implique ir hacia su reunificación en el marco de la UE. También se acaba de realizar el primer sondeo en el cual una leve mayoría de los escoceses pide la independencia.
Por más que hoy Johnson se oponga a un nuevo referéndum sobre la separación escocesa, éste podrá ser inevitable si el Partido Nacional de Escocia que gobierna Edimburgo vuelve a ganar un cuarto mandato planteando en su manifiesto un nuevo plebiscito.
La UE es un club que ha garantizado la unidad territorial de todos sus integrantes, algo que ha beneficiado a España frente a los independentistas catalanes o vascos. Empero, la UE antes ha aceptado o promovido la división de otras naciones europeas que no están en su bloque. Ahora podrá ver con buenos ojos a los separatistas nor-irlandeses y escoceses y buscará utilizarlos como un arma de presión contra Londres.
La ruptura del Reino Unido frente a la Unión Europea va a generar tendencias centrífugas en favor de que la mitad de los 4 componentes de esta monarquía busquen un camino constitucional para separarse. Cualquiera que sea el primero en lograr un referéndum sobre su permanencia en Reino Unido va a influir sobre el otro.
Es ya cuestión de tiempo para que se aceleren movimientos en pro de plebiscitos que decidan sobre la reunificación de Irlanda o la separación escocesa para retornar a una UE con la que Inglaterra y Gales han decidido romper. Una posible fragmentación va también a alentar las corrientes separatistas que van creciendo en Gales, aunque todavía ‘estas son mayoritarias en dicho país, el único que aún conserva una significativa población que persiste en hablar su idioma nativo.
En medio de esta crisis la suerte de Gibraltar se torna difícil. Este peñón de 30 mil habitantes que desde hace 3 siglos Madrid pide que retorne a España tiene una sociedad y economía totalmente dependiente de la UE. Fue el distrito que más votó de manera casi unánime en favor de una de las dos opciones en el referéndum del 2016 (96% contra el Brexit). Tras la salida de Londres de la UE, el bloque continental va a terminar endosando a Madrid, quien no quiere dar ninguna clase de independencia a los catalanes, vascos o a sus ciudades africanas de Ceuta y Melilla, pero sí demanda la reincorporación de Gibraltar.
El crecimiento del nacionalismo inglés que fue el factor que impulsó al Brexit viene produciendo como reacción el crecimiento de los separatismos en los países que votaron por quedarse en la UE. Si antes la UE se opuso a la independencia escocesa, esta vez Bruselas va a ver con simpatías que Edimburgo y Belfast retornen a la UE rompiendo con Londres.
Paradójicamente los conservadores con el Brexit han venido trabajando para que se fortalezca y potencie el Sinn Féin, el partido al cual antes sindicaron como terrorista. El IRA, al cual muchos militantes del Sinn Féin pertenecieron, fue el autor de los peores atentados contra edificios que haya tenido Inglaterra y también de un intento que casi quita la vida de la primera ministra Margaret Thatcher.
|