| Ficha técnica | 1- CA Osasuna: Andrés Fernández; Bertrán, Arribas, Flaño, Damiá; Silva, Loé, Torres, Cejudo, De las Cuevas; Oriol Riera.
1 - Valencia: Guaita; Pereira, Vezo, Mathieu, Bernat; Parejo, Keita, Fede, Feghouli, Vargas; Paco Alcácer.
Goles: 1-0 (m.18) Oriol Riera; 1-1 (m.81) Jonas.
Cambios: Por parte del Valencia, Araujo sustituyó a Vargas (m.65), Piatti a Rubén Vezo (m.76) y Jonás entró por Feghouli (m.56). Por parte de Osasuna, Acuña entró por De las Cuevas (m.86), Oier entró por Cejudo (m.70) y Torres se fue por Armenteros (m.78)
Árbitro: Estrada Fernández (colegio catalán) (2/3). Amonestó a los jugadores Roberto Torres (m.20), Damiá (m.44), Keita, (m.56), Gato Silva (m.66), Mathieu (m.73).
Incidencias: El Sadar (Pamplona). 16.157 espectadores. |
Datos destacables | Lo mejor: Buen ambiente El Sadar casi se llenó para ver el partido. La grada no dejó de animar en ningún momento.
Lo peor: Apatía rojilla No se puede entender la actitud de ciertos jugadores en los momentos por los que corre el club.
El dato: Una de las mejores entradas en lo que va de temporada: 16.157 personas. |
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En los partidos como el que se ha visto esta tarde es donde se fraguan los descensos. Algunas actitudes hoy vistas sobre el césped de El Sadar explican porque Osasuna está en la situación en la que está. Cualquier persona que consulte la tabla de resultados y vea un empate a 1 entre Osasuna y Valencia podrá considerarlo como un resultado aseado, pero el que haya visto el partido será perfectamente consciente de que, tal y como indicamos en la previa, se ha dejado pasar la oportunidad.
Siesta a las 16h
Tras el empate en casa contra el Valladolid de la jornada anterior, las circunstancias obligaban casi por completo a ganar esta tarde al Valencia. Un equipo ché que no es el de otras temporadas, y del que se podía aprovechar su irregularidad para sumar tres puntos que hubiesen dado mucha tranquilidad a la parroquia rojilla en vistas a su próximo enfrentamiento contra el Real Madrid: no es lo mismo ir a la capital con tres puntos más que con uno. Aún así, la actitud de los jugadores locales fue apática y desordenada, sin un jugador que asumiese la responsabilidad de tirar del carro y con un desprecio absoluto a jugar la pelota. Por el lado contrario, el Valencia vino a verlas venir: ¿que se saca un punto o se gana? Fenomenal, pero tampoco vayamos a herniarnos. Solo aseó un poco la deplorable imagen que ofreció Osasuna en la primera parte el gol de Oriol Riera en el minuto 18, que puso por delante a los rojillos de manera inmerecida, ya que no se habían hecho ni las ocasiones ni los méritos necesarios. De hecho, el gol vino propiciado por una “cantereta” de Guaita, al que le costó blocar un buen disparo de fuera del área de Torres y cuyo rechace le cayó a las botas de un Riera bien colocado.
Manual sobre cómo no cerrar un partido que lo tienes ganado desde el minuto 18
Osasuna ya había conseguido lo más difícil, que era ponerse por delante. Con un Valencia al que poco le importo encajar el gol y que se vio incapaz de crear ocasiones de verdadero peligro, los pupilos de Javi Gracia tenían en sus manos cerrar una segunda mitad en la que podrían haberse dedicado a mantener la posesión (sobre todo si tenemos en cuenta que el Valencia no mordía lo más mínimo) y así certificar tres puntos que hubiesen venido de perlas. Incluso Roberto Torres, al volver del descanso, estrelló un balón en la madera en la única ocasión del equipo rojillo en todo el partido. Imposible. Osasuna cedió en la posesión, erro en las contras y careció de determinación y liderazgo para cerrar un partido que estaba casi ganado desdela primera parte. El Valencia, dispuesto a aprovechar las concesiones de un equipo que aún no ha encontrado su voz, olió la sangre y metió más madera arriba con Piatti, que salió por el central Vezo y apretó en los últimos metros por ver si caía algo, y tras algunas combinaciones entre Alcácer y Fede llegó el gol de Jonas en el minuto 81, que premió en demasía al Valencia, que no había hecho absolutamente nada en todo el partido. Premio excesivo, quizá, pero castigo justísimo para Osasuna, que dio una auténtica exhibición de cómo no jugar una segunda parte en casa y con el resultado a favor.
El partido prueba que las relajaciones no caben en los últimos tramos de temporada, y que no se puede ganar si no se arriesga y se busca el segundo o al menos crear peligro. Casi al final del encuentro Gracia modificó el dibujo y dio entrada a Acuña, por lo que Osasuna pasó a tener dos puntas. Demasiado tarde. El equipo rojillo no reaccionó y tiró por el sumidero tres puntos que tenía muy a su favor. Próxima jornada contra el Real Madrid en la capital y sin Silva, Damiá y Torres. Veremos como se llega al partido contra el Celta, un partido que se adivina trascendental por Pamplona.
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