Ante las limitaciones físicas, consecuencias producto de dos accidentes sufridos, una de mis hermanas, mi apreciada Maritza, al conocer la continua perseverancia de mi dedicación a pensar, leer, escribir y más escribir, asunto al que me empeño, de manera objetiva y con responsabilidad; ella, mi hermana, preocupada me solicitaba descansar y más descansar.
Agradecido, le aclaré que, siendo condiciones y virtudes primordiales del pensador y escritor cabal, la serenidad y la sinceridad, son aspectos y cualidades que hago propios, cuando produzco y realizo mis escritos, con el propósito de brindar a mis lectores aportes y contribuciones en los temas desarrollados, esforzándome ser breve, sencillo y claro, en busca de la amenidad en su lectura. Tal actividad no solo me hace ejercitar la mente, sino que me aísla del mundo nublado y de los problemas exteriores.
Siendo positivo, con optimismo, disfruto con admiración, las rosas de los jardines por encima de las espinas, que lesionan. Mucho he aprendido apreciar grandemente el azul bello del cielo, dejando fuera el gris oscuro del abismo. Si algo pienso en ese momento, es en el futuro y en el progreso; en la paz, en la armonía, y en el amor como fuente de bien, y de firmeza en las relaciones a mantener con los demás en la sociedad.
Siempre pretendo revestirme de humildad, recordando que, en la praxis de la vida, ante las realidades que las circunstancias nos imponen, "Ser sincero es ser potente". La vanidad y creerse grande, en lo absoluto ayuda. Al contrario, perjudica. Creerse, no hace ser a uno más grande que el pequeño ¿Dónde están, los nobles, cultos y educados caballeros?
En mi interior, me visita y canta el delicado y ágil ruiseñor, y el extraño pájaro tropical, a fin de ver, oír y deleitar las riquezas y espíritu sublime y fecundo, no solo de mi patria amada, sino también de mi América hermosa, que el sol baña en verano, te besa en espera del alba del triunfo en paz, de la blanca paz. El anhelo de esperanza, nos abraza.
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