Si quedan aún verdaderos periodistas “todoterreno” uno de ellos es sin duda José María Iñigo, curtido en mil batallas incruentas en las que se maneja con igual soltura con las armas propias del oficio: ante la cámara, el micrófono de radio, el artículo o la columna. Dentro de poco más de dos semanas será el encargado de comentar en TVE la 59 edición del Festival de Eurovisión, algo en lo que tampoco es nuevo, ya que lo ha venido haciendo en las tres ocasiones anteriores. Su rostro y su voz han sido familiares a varias generaciones de españoles a través de programas de referencia, como “Estudio abierto” y “Directísimo”. En la actualidad colabora en el matinal de fin de semana de RNE “No es un día cualquiera” y todavía encuentra tiempo para escribir libros entre viaje y viaje de los muchos que realiza al año. Aunque es autor de más de una veintena de títulos, 2014 ha sido el año en que ha publicado su primera novela: 'El códice secreto de Platón. Con ella comenzamos nuestra charla:
¿Por qué se decidió por la novela histórica en su debut narrativo?
Realmente no creo que se pueda definir la mía como novela histórica, aunque la acción esté situada durante la Guerra Civil española, pero se trata solo de una referencia temporal.
¿A qué puede deberse el auge de la novela histórica –o con trasfondo histórico- en las últimas dos décadas?
Sin duda al afán de aprender nuestra historia, de cubrir los huecos dejados por la asignatura en nuestros tiempos de estudiantes, y porque la historia forma parta fundamental de nuestra propia vida.
¿Cuánto tiempo empleó en documentarse para el libro antes de acometer su redacción?
Unos seis meses aproximadamente, más los conocimientos previos que yo ya poseía.
¿Ha sido este proceso lo más arduo en la elaboración del libro?
Lo más duro y complicado ha sido encontrar el tiempo para escribirlo. No tanto el tiempo en sí, sino la tranquilidad y sosiego necesarios. Aproveché mi mes de vacaciones para dedicarlo por completo a la redacción de la novela. Jornadas de 14 y 15 horas sin levantarme de la silla.
La novela plantea un enigma criptográfico con el trasfondo de la Guerra Civil española. Humberto Ecco también se basó en un supuesto libro oculto del filósofo griego para urdir la trama de El nombre de la rosa. ¿Cree que en ciertos libros de Platón –como el Diálogo Kritias, en el cual se narra el mito de la Atlántida- pueden contener claves ocultas, o lo ha utilizado sólo como un recurso argumental?
Yo realmente creo que no ocultan ningún misterioso conjunto de mensajes criptográficos; no al menos con una base real. En mi caso lo he utilizado solamente como una referencia en el tiempo, también teniendo en cuenta que algunos estudios le adjudican a Platón ciertos aspectos misteriosos.
El libro habla de verdades ocultas que, de ser reveladas, podrían alterar el curso de la Historia ¿Cuál es su postura personal ante las “teorías de la conspiración?
No creo mucho en esas teorías conspirativas. Me parecen sin embargo un magnífico recurso para la ficción. Y es lo que he tratado en el final de la novela. No sabemos si fue de aquella manera, pero podía haber sido así.
Usted es un profesional con una larguísima y fecunda trayectoria en el mundo del periodismo audiovisual ¿Cuáles serían, en su opinión, las diferencias más notables entre aquella televisión y aquella radio (las de los años 70 y 80) y las actuales?
Al margen de características estéticas y de ritmo, creo que el gran cambio ha consistido en bajar considerablemente el nivel de exigencia. Antes, sólo aparecía en televisión gente que había hecho en la vida algo relevante, importante. Ahora, por el contrario, cualquiera se convierte en ídolo de masas por aparecer en pantalla sin haber hecho absolutamente nada. Ejemplos hay a montones. El público espectador parece haber perdido criterios de exigencia y calidad.
¿Qué le sobra y qué le falta a la televisión que se hace ahora?
Seguramente sobran muchas tertulias políticas, que son un producto barato en televisión. Carecen de interés porque están claros los criterios de sus participantes. Son una mera lucha de trámite entre tendencias de distinto tipo. Periodistas de derechas son incapaces de ver algo positivo en la izquierda, y los de izquierda, en la derecha. Muy aburrido todo. Y muy predecibles los resultados.
Hace unas semanas, a raíz de lo que ahora parece un desgraciado accidente aéreo, se creó toda una serie comentarios especulativos; muchos de los cuales fueron tenidos como auténtica información, incluso por los propios medios de comunicación, amplificados hasta el extremo en Internet. Como usuario de las llamadas “redes sociales”, ¿cuál es su opinión sobre el papel que juegan estas en la “creación” y difusión de noticias? ¿Se debería contrastar más la noticia antes de especular sobre ella?
Creo que en las redes habría que ser más serios cuando de noticias se trata. Una cosa son los rumores y otra las noticias. Pero los tuiteros tienen los dedos rápidos a la hora de ser los primeros en comunicar algo de interés. Primero hay que confirmar y luego pregonar.
¿Echa de menos tener un programa propio en televisión?
Pues sí me gustaría tener un programa en el que poder hablar con gente interesante sobre temas de interés, sin prisas, y sin caer en tentaciones escandalosas.
De los muchos personajes que entrevistó en programas como Estudio Abierto o Directísimo ¿podría nombrar a algunos de los que guarde un recuerdo especial?
Neil Armstrong, primer hombre que puso el pie en la luna. Solszhenitsyn, Premio Nobel de Literatura, autor de “El archipiélago Gulag”. Y la riada de actores que nunca antes habían venido a España, como Rita Hayworth, Charlton Heston, Sean Connery, Roger Moore, Anthony Quinn etc.
Afirma no ser muy proclive a las “teorías de la conspiración” y mi pregunta no va exactamente por ahí, sino a algo, digamos, más esotérico: Después de tantos años de haberlo llevado a su programa, ¿ha llegado a comprender “cómo lo hacía” Uri Géller?
Respuesta escueta, no. Pero si estoy en disposición de decir que no se trata de ningún mago. Este hombre tiene facultades que a otros nos están negadas. No podría engañar a todo el mundo todo el tiempo, y Uri ha venido dando muestras de sus poderes durante cuarenta años sin que nadie haya podido probar falsedad alguna.
Por cuarto año consecutivo va a ser Vd. el encargado de comentar la gala del Festival de Eurovisión ¿Cree que es cierto que existe una especie de lobby entre ciertos países para votarse unos a otros, en detrimento de los que no forman parte de él?
No. Pero me parece normal que los nórdicos, por ejemplo, se voten entre si dado que sus cantantes y canciones, idioma y costumbres les son tan familiares, como a nosotros los italianos o franceses. En Eurovisión no hay fantasmas. Es un festival serio y desde luego el musical más importante del mundo con una audiencia de cientos de millones de espectadores.
Y por último, ¿Cuál es su próximo proyecto literario? ¿Volverá a la novela de corte histórico?
Estoy a medio terminar una segunda novela que, en principio, se llamará “La tumba del inmortal” que es parte historia real y parte ficción.
Todos los grandes incendios son provocados. Hace un par de días hubo un pequeño fuego cerca de Cortes de Arenoso, por un rayo, que se apagó enseguida. Este año está siendo particularmente fatídico para los bosques, ya han ardido más de 200 000 ha. de terreno en lo que llevamos de verano, habida cuenta de que los sistemas de prevención y extinción han mejorado desde aquella época.
"A medida que las naciones emergen de la crisis de COVID, he comenzado a retomar las apariciones internacionales y, entre otros objetivos, tengo en proceso un itinerario creciente para una visita europea en la primavera de 2023".
Elsy es abogada, doctora en jurisprudencia, narradora, dramaturga y poeta ecuatoriana. Comienza su carrera literaria con la publicación del libro de cuentos De mariposas, espejos y sueños. La mayor parte de su obra cuentística está reunida en el libro Los miedos juntos (El Ángel Editor, 2009).