Siglo XXI. Diario digital independiente, plural y abierto. Noticias y opinión
Viajes y Lugares Tienda Siglo XXI Grupo Siglo XXI
21º ANIVERSARIO
Fundado en noviembre de 2003
Opinión
Etiquetas | Regateo

Una temporada en 90 minutos

El Real Madrid es ya semifinalista de Champions y espera rival para Lisboa. Se juega la temporada en 90 minutos. La décima anda cerca.
Lara Franco Andrés
miércoles, 30 de abril de 2014, 08:38 h (CET)

Llevas tiempo sin escribir y zas. Del mismo modo que llegan los goles, parece que ciertos momentos te generan una necesidad y ya no hay vuelta atrás.

Para el Madrid, la Champions se había convertido en una obsesión, en un objetivo donde fijar la mente y la responsabilidad de los jugadores temporada tras temporada. La única forma de valorar y justificar si un entrenador  es bueno o si la plantilla está concienciada y entregada al club de sus amores. Pues señores, el momento de demostrar, de ofrecer su mejor versión y sobre todo de disfrutar, ha llegado.

Mientras los árboles ardían y las palabras de Guardiola y Rummenigge se iban disipando con cada gol blanco, la plantilla madrileña al completo se volcó en ejecutar un planteamiento y una idea de juego más que ganadora. No es sencillo defender un 1-0 de un partido de ida. Y la valentía de no cerrarse atrás y jugar “a nada” esperando el pitido final, hace que todavía esta victoria cobre más protagonismo y mucho más valor. Con un marcador tan abultado como el 0-4 que ha sacado el Real Madrid del Allianz Arena, la moral está más que reforzada y la sed de “la orejona” se ve cada vez más saciada.

Ahora no hay margen de error, mucho es lo que se ha conseguido, pero la afición y la propia plantilla quieren más. Hay que rematar la jugada y firmar una temporada digna de mención. El cierre del ciclo Mourinho no ha hecho otra cosa que hacer que todo mejore. Que la plantilla vuelva a unirse dejando un poco más de lado las individualidades propias de los egos de los “grandes” jugadores mundiales y que las cabezas piensen y las piernas ejecuten como uno.

El grupo prima sobre el resto y salvo las peticiones de Cristiano, Guardiola vio antes sus narices como la posesión no sirve de nada y que también se puede jugar como grupo unido sin necesidad de tener tanto el balón dando vueltas por el medio campo. La rabia de conseguir una Champions y de tenerlo un año más tan cerca asolaron Múnich y por suerte la afición blanca supo responder y apoyar a sus jugadores para hacer un poco más real todo el sueño europeo.

Oportunidades únicas que no hay que desaprovechar y que hacen que los 90 minutos de juego se conviertan en una odisea o en un golpe de efecto y autoridad frente a los que aun “llorando” se creían los mejores de Europa. El Bayern salió a pasearse por su campo y salvo dos o tres ocasiones puntuales donde la fortuna o Iker obraron el milagro, los alemanes sembraron y recogieron en su propia casa una imagen muy distinta a la que nos tenían acostumbrados.

Ahora bien, llega el turno del Atleti. Final española, final madrileña y final cargada de ilusión. El sueño de todos nosotros. Lisboa ya está preparada para recibir a dos grandes y todos esperamos que, mientras Alves se dedica a promocionarse y a criticar a un país entero por la acción de un “personaje”, el Cholo haga mella de nuevo en sus jugadores y consigan también con autoridad un pase a una final más que merecida. Valores, juego, esfuerzo e ilusión caminan hacia una utopía no tan lejana. La Champions es así.  

Noticias relacionadas

En nuestra realidad circundante, en lo que solemos citar como nuestro entorno, el sistema judicial tiene como objetivo no la Justicia, abstracción platónica que nos trasciende, sino garantizar, con realismo y en la medida de los posible, la igualdad de los ciudadanos ante la ley, que no es poco. Por eso hablamos de Estado de Derecho, regido por la Ley.

Estamos habituados a tratar con las apariencias, con la natural propensión a complicar las cosas en cuanto pretendemos aclarar los pormenores implicados en el caso. Los pensamientos son ágiles e inestables. Quien los piensa, el pensador o pensadores, representa otra entidad diferente. Y curiosamente, ambos se distinguen del fondo real circundante, este tiene otra urdimbre desde los orígenes a sus evoluciones posteriores.

Dejó escrito Salvador Távora sobre Andalucía que «la queja o el grito trágico de sus individuos sólo ha servido, por una premeditada canalización, para divertir a los responsables». No sé si mi interpretación es acertada, pero desde que vi por primera vez su obra maestra, Quejío, en el teatro universitario de Málaga creo que muy poco después de su estreno en 1972, el término adquirió para mí un sentido diferente al que antes tenía.

 
Quiénes somos  |   Sobre nosotros  |   Contacto  |   Aviso legal  |   Suscríbete a nuestra RSS Síguenos en Linkedin Síguenos en Facebook Síguenos en Twitter   |  
© 2025 Diario Siglo XXI. Periódico digital independiente, plural y abierto | Director: Guillermo Peris Peris
© 2025 Diario Siglo XXI. Periódico digital independiente, plural y abierto