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El acusado riesgo de las presas iraquíes

El ISIS advirtió tras cerrar las compuertas del embalse
Daniel Pipes
lunes, 14 de julio de 2014, 10:16 h (CET)
Desde la invasión de Irak a instancias norteamericanas en 2003 por lo menos lleva siendo evidente que la Presa de Mosul, la de mayor volumen de Irak, augura la destrucción total de Irak a causa de la combinación de una construcción de mala calidad con la indiferencia del Estado y una insurrección civil en marcha. De llegar a derrumbarse, causaría los daños personales más numerosos causados por fallo humano de la historia.

Las conquistas en 2014 del grupo que solía conocerse como el Estado Islámico de Irak y Siria (ISIS) y ahora como el Estado Islámico simplemente han demostrado de forma dramática que otras presas de Irak también pueden revestir problemas, si bien no a una escala tan catastrófica.

En primer lugar, cuando el Estado Islámico de Irak y Siria se hizo con Faluya en enero de 2014, también se hizo con el control de la Presa (o Embalse) de Faluya, que se encuentra a orillas del río Éufrates, y procedió a alterar las instalaciones para sus fines. Hamza Mustafá, del Asharq Al-Awsat, cita a un líder miliciano pro-gubernamental unos meses más tarde, después de que efectivos del gobierno de Bagdad lograran recuperar el control del embalse, explicando las tácticas del Estado Islámico: El ISIS advirtió tras cerrar las compuertas del embalse — cosa que dio lugar a la subida del nivel del agua embalsada — que si el cierre se prolongaba, quedarían doblemente sitiados, por un lado los efectivos regulares y el creciente nivel del agua por otro, y en caso de tener que retirarse, se ahogarían, cosa que a su vez les obligó a reabrir las compuertas.


El líder miliciano también explicaba el móvil tras estas maniobras:

El Estado Islámico de Irak y Siria tiene dos objetivos: por una parte, desean anegar las regiones aledañas a Faluya, pero el ataque por sorpresa del ejército [regular] frustró esos planes; por la otra, quieren cortar el abastecimiento de las gobernaciones del centro y el sur para dar una dimensión sectaria a su conflicto.

Después, a finales de junio, el grupo avanzó hacia la Presa de Jadida, la segunda con más volumen de Irak, planteando también aquí la posibilidad de una inundación catastrófica. Recoge el New York Times: Militantes del ISIS que avanzarían sobre la presa del río Éufrates, a unos 200 kilómetros al noroeste de Bagdad, llegan desde el norte, el noreste y el noroeste. Los guerrilleros ya habrían llegado a Burwana, en la orilla oriental de Jadida, y las fuerzas regulares combatirían para detener su avance, manifestaron responsables de Interior. … "Esto conducirá a la inundación del municipio y los pueblos y también os pasará factura", manifestó haber dicho el responsable a los militares. Según el trabajador, que solicitó guardar su anonimato por carecer de permiso para dirigirse a los medios, el militar habría respondido: "Sí, lo sé, jugará en contra nuestra y la de nuestros enemigos".

Comentarios:

(1) Mesopotamia, una de las regiones más antiguas de la civilización humana, siempre se ha visto limitada por sus dos grandes caudales, el Tigris y el Éufrates; qué irónico que estas fuentes de vida también puedan ser de forma potencial el vector de la ruina del país.

(2) Los combatientes de la guerra civil cada vez más extendida de Irak han de ser obligados por sus patronos (Turquía y Qatar, especialmente en el caso de los yihadistas del Estado Islámico, e Irán en el caso del ejecutivo de Bagdad) a atenerse a ciertos términos fundamentales en el combate, como no hacer uso de las infraestructuras nacionales de abastecimiento como arma de guerra. Es en esto donde las potencias extranjeras (Occidente, Rusia, China) pueden ser de ayuda. (1 de julio de 2014)

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