El próximo 5 de marzo tendrá lugar el Día Mundial de la Eficiencia Energética, una celebración que invita a la reflexión sobre la necesidad de utilizar la energía de forma eficiente. Por desgracia y según los datos que maneja el comparador Acierto, la eficiencia energética continúa siendo una de las asignaturas pendientes de los españoles.
Así, la investigación desvela que ocho de cada diez edificios son deficientes energéticamente hablando. Una cuestión que no podemos perder de vista, sobre todo si tenemos en cuenta que los edificios generan entre el 25% y el 35% de las emisiones. La antigüedad del parque de viviendas español influye en gran medida: más de la mitad supera los 40 años de edad. Las medidas gubernamentales y las ayudas públicas son fundamentales.
Sin embargo, los ciudadanos también tienen mucho por hacer. Los principales problemas están relacionados con el desconocimiento de la normativa en materia de certificación energética y ahorro; así como con la falta de concienciación en general.
Siete de cada diez propietarios no están dispuestos a optimizar su consumo Para empezar, la calificación energética de la vivienda es el factor que menos influye en la decisión de compra o alquiler de la misma. Sin embargo, elegir una vivienda u otra puede suponer hasta un 40% de ahorro de energía, con el consiguiente ahorro económico. Tampoco estamos dispuestos a invertir en mejorar o conservar nuestros edificios. Según las cifras, solo 2 de cada 5 está dispuesto a invertir en su vivienda para mejorar las condiciones del mismo. Otro aspecto que puede traducirse en pérdidas energéticas.
Algo parecido ocurre con los electrodomésticos y otros productos. Hasta tal punto, que hasta 8 de cada 10 consumidores reconocen que no les importa en absoluto si los productos que compran son respetuosos con el medioambiente o eficientes energéticamente hablando. El precio sigue siendo el atributo más valorado. La falta de concienciación va más allá: siete de cada diez encuestados tampoco optimizarían su consumo, ni siquiera para adelgazar su factura energética.
Hasta 2.000 euros de ahorro anuales Lo curioso del caso es que cuidar del medioambiente podría ahorrarnos hasta 2.000 euros al año. Hablamos de renovar los viejos electrodomésticos (contar con unos eficientes nos ahorraría alrededor de 400 euros), lavar la ropa a 40 grados en lugar de a 60, ajustar la temperatura del frigorífico, instalar aireadores de grifos y duchas –reduce el consumo a la mitad–, y optar por bombillas de bajo consumo. Apostar por el aislamiento para evitar pérdidas es otro punto clave (constituyen el 30% del total).
El comparador de seguros Acierto, además, recomienda comparar entre las diferentes tarifas de energía para ver cuál es la que mejor se ajusta a nuestras necesidades. “En este ámbito, igual que en el de los seguros, es fundamental comparar tarifas energéticas”, comenta Carlos Brüggemann, cofundador de la entidad.
“Revisar las condiciones que ofrecen las compañías, elegir un plan que se adapte a nuestros horarios y necesidades constituyen acciones imprescindibles”, afirma. Por fortuna, hasta 9 de cada 10 consumidores comparan antes de comprar. Contratar un seguro de hogar que cubra los electrodomésticos en caso de avería por un fallo eléctrico, por ejemplo, es otra manera de ahorrar a la larga.
La tecnología, por su parte, contribuye al ahorro energético. Estamos hablando de los hogares domóticos, de los termostatos inteligentes que cuentan con sistemas de localización para apagarse y encenderse cuando el usuario se acerca o sale de casa. De persianas inteligentes que se bajan automáticamente si no estamos cuando detectan que se está generando excesivo calor en la casa.
Apostar por la tecnología también es instalar sensores de movimiento en la escalera de la comunidad, optar por bombillas inteligentes y programables, y por Dimmer, que nos brindan la oportunidad de controlar la entrada y salida de luz con un ahorro del 75%. También aumentan la vida útil de las bombillas.
Volviendo a la falta de concienciación de los españoles, los datos de Acierto desvelan que casi el 35% de los participantes del estudio no reciclan. ¿Su justificación? La falta de espacio para separar los residuos. No obstante, el papel y el vidrio son los que más tiempo almacenamos en casa. Este primero es el que más reciclamos (85%).
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