Siglo XXI. Diario digital independiente, plural y abierto. Noticias y opinión
Viajes y Lugares Tienda Siglo XXI Grupo Siglo XXI
21º ANIVERSARIO
Fundado en noviembre de 2003
Opinión
Etiquetas | Cultura | Consumo

Destruyendo la cultura I

Somos los jugadores de un juego del que no conocemos las reglas
Carlos Rodríguez
viernes, 19 de septiembre de 2014, 07:08 h (CET)
El mundo se encuentra en una carrera de consumo desmedido. El pan de cada día se paga con intereses y entre mas nos alimentamos mas hambre tenemos, es un alimento embrujado que nos tiene poseídos para seguir consumiendo. El limite lo imponen los medios publicitarios. Somos el objetivo de una guerra mediática que no comenzamos. La persona promedio aspira a consumir mas de lo que sus posibilidades económicas se lo permiten, y entre mayores sean sus posibilidades mas es su ansia de consumo.

Nos han programado para ser maquinas insaciables de consumo. Nuestras vidas, incluso en nuestros sueños estamos en sintonía con esa tonada de "¡más, más, más!" que nos cantan a diario en la televisión, la radio y los medios impresos.

Nuestros modelos de Dios son los productos que aparecen en las portadas de las revistas, esos cuerpos hermosos, retocados con filtros y efectos de fotografía. El arte, la ciencia, la ideología, todo está a la venta. Nos educan para ponerle precio a nuestras vidas: estudias un posgrado para vender más caro tu trabajo, trabajas para tener una mayor capacidad de consumo, consumes para poder alcanzar la imagen de Dios con la que nos bombardean todos los días los medios de comunicación. Somos el objetivo de un atentado terrorista contra nuestros sentidos, las armas son las señales de radio y televisión, periódicos y revistas, los panorámicos que tapizan las grandes avenidas son sus armas de destrucción masiva.

La tercera guerra mundial será una cuestión de quien hace el mejor marketing, quién te convence mejor de consumir su producto, así funcionan las cosas en un mundo donde hasta las ideas tienen precio. ¿Que gobierno, que partido político, que ideología política o religiosa, que corriente científica, que estilo de vida ha resultado mejor vendedor?. ¿Quien ha ganado la guerra mediática? ¿Oriente u occidente?. De eso se trata todo en estos días.

La ciencia, el arte, la religión, la política, todos buscan convencerte de que su camino te guiará a Dios. La ideología que contiene a todas las ideologías es el consumo: consumir ideas, productos, fe, conocimiento, talento, competencias. Y todo se respalda en slogans seductores: "¡Vive!, ¡aprende!, ¡se libre!, ¡se feliz!". Sólo somos un numero más. Todo intercambio es una cuestión económica.

"¡El conocimiento es poder!", nos gritan con euforia, pero al firmar el contrato las letras pequeñas exclaman: "El conocimiento que nosotros te indiquemos". A eso es a lo que se refieren, y les perteneces, porque el propósito de todas las instituciones que te gritan estas ideas, que te venden estos caminos hacia Dios no es otro mas que conservar las cosas como están, mantener y reproducir las cadenas de consumo. La verdad te hará libre, pero te encadenará a esta nueva forma de libertad.

Tu mente y tu cuerpo al servicio de la ideología en turno, incluso la contracultura esta vendiéndote una imagen de Dios, pero "mejorada", adaptada a las necesidades de quienes predican esta nueva libertad. Y te liberan solo para encadenarte a su idea de libertad.

Noticias relacionadas

Censura. No la juzgo como una práctica muy denostada en estos días. Por el contrario, se me antoja que tiene más adeptos de los que, a priori, pudiéramos presumir. Como muestra de ello, hay un sector de usuarios que están abandonando cierta red social para migrar a otra más homogénea, y no con el fin de huir de la censura, sino por la ausencia o supresión de la misma en la primera de ellas.

Vivimos agazapados sobre los detalles mínimos a nuestro alcance y llegamos a convencernos de que esa es la auténtica realidad. Convencidos o resignados, estamos instalados en esta polémica de manera permanente; no aparece el tono resolutivo por ninguna parte. Aunque miremos las mismas cosas, cada quien ve cosas con matices diferentes y la disyuntiva permanece abierta.

El nombramiento de Teresa Ribera huele que apesta, aunque el Partido Popular y el Gobierno han escenificado perfectamente su falso enfrentamiento. Dicen en mi tierra que entre hienas no se muerden cuando no conviene o, si lo prefieren, entre bomberos no se pisan la manguera. El caso es que el Gobierno y sus socios ya celebran por todo lo alto ese inútil e inesperado nombramiento.

 
Quiénes somos  |   Sobre nosotros  |   Contacto  |   Aviso legal  |   Suscríbete a nuestra RSS Síguenos en Linkedin Síguenos en Facebook Síguenos en Twitter   |  
© 2024 Diario Siglo XXI. Periódico digital independiente, plural y abierto | Director: Guillermo Peris Peris
© 2024 Diario Siglo XXI. Periódico digital independiente, plural y abierto