Siglo XXI. Diario digital independiente, plural y abierto. Noticias y opinión
Viajes y Lugares Tienda Siglo XXI Grupo Siglo XXI
21º ANIVERSARIO
Fundado en noviembre de 2003
Opinión
Etiquetas | Escocia | Cataluña

El ejemplo, para todos, de Escocia

Wifredo Espina
sábado, 20 de septiembre de 2014, 08:01 h (CET)
Los resultados del referéndum de Escocia no deben servir para humillar ni para envalentonar a nadie. Es una decisión democrática de ellos, que hay que aceptar y admirar. Y aquí -guste o no aquellos resultados-, será bueno respetar tanto a los que -por partidismo o convicción- se habían apuntado a que ganara el 'sí', como los que apostaban por el 'no'.

Los sentimientos no se discuten, no se debaten, como ha dicho muy atinadamente el actual líder de los socialistas catalanes. Lo que hay que debatir son los intereses, los procedimientos y las leyes. Los sentimientos son respetables todos. En Escocia se ha debatido, principalmente, sobre los intereses. Nacionalismo y antinacionalismo no ha sido decisivo. La ley se ha respetado escrupulosamente. El referéndum ha sido pactado con el gobierno del Reino Unido, porque podía ser pactado. Entre otras cosas, porque no tienen una Constitución cerrada como en otros países, como tenemos aquí.

El punto más flaco del llamado proceso catalán, más allá de mayorías o minorías reales aún por comprobar, es que se juega demasiado con el marco legal básico, que -se esté o no de acuerdo- un día fue muy ampliamente refrendado democráticamente por el pueblo, y de manera sorprendentemente masiva en Catalunya. Eran otros tiempos y nació con fuertes condicionamientos, ciertamente. De ahí la necesidad de modificarlo. Pero, por ahora, es el marco legal vigente. Lo que no es sensato, es intentar ignorarlo, burlarlo, desvirtuarlo, sortearlo, con maniobras jurídicas pretendidamente legales. O jugando a 'las dos legalidades'. Y menos, claro, con desafíos políticos. Por legítimos que sean los objetivos finales, el procedimiento choca con el Estado, que formalmente es el garante de la legalidad y, además, tiene los instrumentos disuasorios.

El ejemplo escocés nos señala otro camino. El de la escrupulosa legalidad y el pacto. Un día, hace más de 300 años, Escocia pactó libremente su unión con Inglaterra, y ahora ha planteado también libremente una posible separación, y los ciudadanos escoceses mayoritariamente han dicho que 'no'. Todo dentro del marco de su ley y con la buena disposición del gobierno central. Aquí no es mejor ni lo uno ni lo otro. Por eso hay que modificar la Constitución, camino realmente complicado y difícil, pero que merece el esfuerzo de intentarlo. Es el camino de la estabilidad y de la paz social y política. Otra cosa, señores políticos, es la tensión y la incertidumbre permanente.

Este es el campo en el que hay que jugar con constancia, honestidad; con realismo, inteligencia, alianzas coherentes, y con una visión a largo plazo. Otra cosa es engañar y engañarse. Es voluntarismo puro, es ilusionismo, que nos puede llevar al desastre, y no a mantener y mejorar el estado del bienestar. La legalidad y el pacto, es el ejemplo de Escocia.

Un ejemplo para todos. Nadie -!que conste !- puede aquí ser humillado ni tampoco debe envalentonarse por el resultado de lo que han decidido libremente los escoceses, señores Mas y Rajoy. Ellos han valorado sus intereses, seguramente más que los sentimientos. Aquí, sin duda, los sentimientos tendrán siempre más protagonismo, como se ha evidenciado, repetidamente, en las grandes manifestaciones populares. Por otra parte, demasiado alentadas y manipuladas... Por ello, precisamente, será necesario pedir más calma y cordura a todos.

Convendrá y deberá debatirse, principalmente, sobre intereses, procedimientos, pactos y leyes, como en Escocia, pero no sobre los sentimientos. Los sentimientos no se discuten, ni se debaten, se respetan.

Noticias relacionadas

Francisco Paesa, estafador y espía, protagonizó en los años 90 uno de los episodios más estrambóticos relacionados con la corrupción durante la etapa del gobierno de Felipe González. Después de una vida dedicada a negocios con el solo objeto de timar incluso a dirigentes más allá de nuestras fronteras y al espionaje internacional, se involucró en uno de los casos más escandalosos de la época, como fue el del entonces Director General de la Guardia Civil, Luis Roldán.

Tal vez todo se reduce a que estamos viviendo tiempos de incuria, definida en el diccionario como abandono o falta de cuidado. Es decir, dejadez. Nuestro vocabulario se va simplificando, se acorta en variedad y nos faltan palabras para conceptuar lo que está ocurriendo; igual por ello no somos capaces de remediarlo.

La dejación de sus funciones y la cobardía política de Mazón al no decretar el cierre total de actividades en la Comunidad Valenciana a pesar de declarar la AEMET la alerta roja para la zona, le habría convertido en cómplice indirecto de la devastadora DANA.

 
Quiénes somos  |   Sobre nosotros  |   Contacto  |   Aviso legal  |   Suscríbete a nuestra RSS Síguenos en Linkedin Síguenos en Facebook Síguenos en Twitter   |  
© 2024 Diario Siglo XXI. Periódico digital independiente, plural y abierto | Director: Guillermo Peris Peris
© 2024 Diario Siglo XXI. Periódico digital independiente, plural y abierto