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Ficha técnica
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70- Real Madrid: Sergio Rodríguez (7), Llull (5), Maciulis (2), Ayón (10) y Bouroussis (14) -quinteto titular- Rivers (7), Nocioni (8), Campazzo (2), Reyes (1), Yusta (0), Carroll (5) y Mejri (9).
57 – Gran Canaria Bellas (13), Newley (8), Kendall (4), Summers (8) y Kuric (0)-quinteto inicial- Oliver (3), Urtasun (7), Baéz (4), Santana (0), Pauli (0), Tavares (4) y O’Leary (6).
Parciales: 17-16, 21-27, 16-2, 16-12.
Árbitros: Jiménez, Calatrava y Sánchez M.
Incidencias: Primera jornada correspondiente a la fase regular de Liga Endesa, disputado en el Palacio de los Deportes (Madrid) ante 9.275 espectadores.
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Caras nuevas sobre el parqué del Palacio de los Deportes. Reencuentros entre los aficionados en las gradas después de tres meses de descanso de baloncesto por Madrid. Pero siempre con esos mismos deseos de ganar encuentros y alzarse con trofeos de prestigio. Para empezar, ovación cerrada para los campeones de la Supercopa de España. Para continuar, expectación con los nuevos refuerzos. Era su estreno en casa y era momento de su primer examen ante sus nuevos seguidores. Hubo variedad como sucede en los toros.
El primer cuarto apenas tuvo su historia. Diez minutos de intercambio de canastas, de ir cogiendo el ritmo al encuentro. Lo mismo sucedió en las gradas. No obstante, sirvió para comprobar que Laso desea explotar la versatilidad de Ayón, como ya anunció en la previa. El mexicano respondió con más energía que acierto, pero dando destellos de agradar al respetable. Más tímido estuvo Maciulis, que estuvo bastante tiempo en pista ante la ausencia de Rudy Fernández. El empate técnico (17-16) también hizo ver que el Gran Canaria estaba en rodaje y concentrado. Dejó facilidades en su zona, pero estuvo con el colmillo afilado en ataque. Ya se sabe cómo son los equipos de Aito García Reneses.
Y si alguien estaba despistado o no recordaba cómo era lo comprendió rápidamente en el segundo cuarto. El Gran Canaria, trabajando en bloque, sin destacar ningún jugador sobre su compañero, fue capaz de endosar 14 puntos consecutivos al Real Madrid en poco más de tres minutos de juego. Esto ya empezaba a ser un partido serio de baloncesto. Pasadas las presentaciones, tocaba ser competitivo. Y el Real Madrid sólo encontraba una veta de puntos en la zona, donde Bouroussis y Mejri estaban entonados. Por fuera, nada de nada, el perímetro estaba seco. No había tino. Ni siquiera con Nocioni y Campazzo, que también dejaron destellos de calidad, especialmente el segundo, que parece que gusta a la afición. Rivers estuvo más participativo a partir del tercer cuarto.
Pero al descanso se llegó con un marcador preocupante: 38-43. No por la diferencia, sino porque el Gran Canaria había sido capaz de endosar esa cantidad de puntos -la defensa blanca estaba desajustada- y porque Aito había conseguido que ni Llull ni Sergio Rodríguez dieran velocidad al encuentro. Si a eso le sumamos el problema de acierto exterior… el Real Madrid necesitaba poner una marcha más a su juego.
Cerrojo defensivo del Real Madrid
Lo hizo tras el descanso. Era su tercer cuarto, como cuando hace una temporada empezaba a descuartizar a los contrarios sin ningún tipo de contemplaciones. Del 38-43 con el que se empezó se pasó al 54-45. Parcial de 16-2. El Real Madrid estaba enganchado y el público, también. La defensa se cerró y el Gran Canaria sólo fue capaz de anotar dos puntos en diez minutos de cuarto. Fue su tumba. Su otro hoyo lo cavó en defensa. La zona siguió haciendo aguas y Bouroussis se puso las botas. El griego aprovechó para hacerse fuerte y anotar 9 puntos. El resto fue un trabajo en equipo, todos empezaron a atacar, a poner su granito de arena y a correr y cuando el Real Madrid corre, aunque sea de forma puntual, todo tiembla en los adversarios.
Al Real Madrid sólo le quedaba cerrar su primer triunfo de la temporada en Liga Endesa. Estaba ya por delante tanto en el marcador como en actitud. Y aunque sea a comienzos de curso y aún estén desengrasados como equipo -máxime con cinco refuerzos- aún conservan esa capacidad de manejarse con cierta soltura cuando hay viento a favor. A mitad de último cuarto, un triple de Rivers puso el 59-49. Los diez puntos psicológicos también se estrenaban en el Palacio de los Deportes. Y curiosamente, con un triple de Nocioni, a falta de algo más de tres minutos, se certificó el triunfo: 64-52. El juego interior hizo de salvavidas ante un correoso Gran Canaria y la defensa (14 puntos en 20 minutos, cuando hizo 43 en la primera parte) y el tiro exterior aseguraron un estreno victorioso del Real Madrid.
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