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Etiquetas | EEUU | Racismo

Esperma equivocado, bebé idóneo. ¿A qué demandas?

El pleito ha suscitado indignación a causa de la raza
Jeff Jacoby
viernes, 17 de octubre de 2014, 07:24 h (CET)
JENNIFER CRAMBLETT, vecina de Uniontown (Ohio), es madre de una niña adorable de 2 años de edad llamada Payton, a la que su pareja y ella llaman "un sueño hecho realidad" y quieren con toda su alma. "Ella nos completa", dice Cramblett. "No la cambiaría por nada del mundo".

Si es así, el día que sea lo bastante mayor para consultar su nombre en Google, Payton se preguntaró sin duda por qué los Cramblett denuncian al banco de esperma de Chicago que hizo posible que su madre diera a luz a su fabulosa hija. ¿Por qué reclama su madre decenas de miles de dólares en concepto de indemnización por violación de contrato y lo que la demanda llama "la concepción equivocada" de Payton?"

La respuesta, han afirmado Cramblett y sus abogados en entrevistas televisivas, no tiene nada que ver con Payton, y consiste en castigar al banco de esperma por un descuidado maridaje: Proporcionó viales esperm‡ticos del donante número 330, cuando Cramblett había elegido al donante número 380. Cuando Cramblett intentó aclarar la cuestión con el banco de esperma, según ella, la recepcionista fue grosera y le colgó el teléfono.

"Estoy encantada de tener una hija sana", decía Cramblett en la NBC. "Pero no voy a dejar que salgan impunes sin rendir cuentas".

Pero el pleito de Cramblett contra el Banco de Esperma de la Región del Midwest no se ha hecho famoso por una cuestión de atención al cliente. Ha suscitado indignación a causa de la raza. Cramblett fue inseminada con esperma de un caballero negro, en lugar del blanco rubio y de ojos azules elegido por su pareja y ella entre el catálogo de donantes del banco de esperma. Lo que significa que Payton es de raza mixta o utilizando la fórmula de Cramblett, "obviamente mestiza". De ahí el pleito, y la demanda por un mínimo de 50.000 en da–os y perjuicios. Después de todo, la pareja de Ohio no esperaba tener que educar un hijo de piel más oscura que la suya.

¿Alguien piensa en racismo? No, no, no, insiste Cramblett, esto no tiene nada que ver con la raza. "Quienes crean que no quiero a esta hija por su tono de piel no tienen ni idea," aseguraba al Huffington Post. Y cuando Payton crezca, comprenderá que "la demanda consistía en una empresa que tuvo que hacer cambios e indemnizarnos para poder acudir a terapia y aprender a amarnos todavía más".

Claro que lo entenderá. Porque los progenitores que adoran a sus hijos por ser "un sueño hecho realidad" y que no los cambiarían "por nada del mundo" siempre presentan pleitos por inseminación negligente. ¿No? Es difícil decidir qué es más surrealista de la denuncia de tintes raciales que interpuso Cramblett en la audiencia de Cook County, o su puesta en escena de que no tiene ningœn problema con la raza de su hija.

Cramblett desea ser generosamente remunerada por "el daño personal, los gastos médicos, el dolor, la angustia emocional, el sufrimiento y las demás pérdidas económicas y no económicas" que causó el nacimiento de Payton. Esas dificultades consistirían en que hay parientes blancos que pueden ser "inconscientemente insensibles", y "la inquietud" de Cramblett ante la perspectiva de apuntar a su hija a un centro escolar de alumnado mayoritariamente blanco. Uniontown el barrio residencial de Akron al que Cramblett se mudó con su pareja por la calidad de sus escuelas ahora lo considera "demasiado intolerante racialmente".

Ahí no acaba todo lo "tensa" que Cramblett ha descubierto que es la maternidad. "Payton tiene el pelo característico de una niña afroamericana", reza la demanda. "Para que lleve un corte de pelo decente, Jennifer habr‡ de desplazarse a un barrio negro, lejos de donde reside, donde obviamente tendr‡ un aspecto diferente, y no ser‡ bien recibida".

Bueno. Si eso no merece un pleito por inseminación negligente, ¿qué es? Pobre Payton. Un d’a se leerá la demanda, y advertirá que su madre veía racismo por doquier, cuando la œnica persona que perdía las formas con la idea de dar a luz a una hija de raza mixta era la propia madre de Payton. Cuando la recepcionista del banco de esperma preguntó a Cramblett si había escogido a un donante afroamericano, la dama de Ohio replicó: "No, ¿por qué iba a escoger eso? Mi pareja y yo somos caucásicos". Cuando supo que su donante de esperma no tenía nada de blanco, admite ella, se llenó de "indignación, decepción y miedo".

El Banco de Esperma de la Región del Midwest admite su error garrafal, y que tendrá que hacer frente a alguna consecuencia jurídica a causa de su descuidada gestión. Pero Cramblett se habría podido quedar embarazada del donante nœmero 380 y aun así acabar con una hija muy distinta de lo que esperaba. Payton podría haber venido al mundo con síndrome de Down o con sordera; podría sufrir fibrosis quística o un problema cardíaco congénito. ¿A quién iba a llevar entonces a juicio su madre?

Tener un hijo no es como comprar un par de vaqueros; no se puede devolver si no es de tu agrado. Cualquiera que crea tener derecho al hijo que espera exactamente - y que esté dispuesto a acudir a los tribunales si no es así - no esté listo para ser padre. El mundo está lleno de gente cuya concepción en cierto sentido no estaba planeada ni era esperada. Eso no convierte sus nacimientos en algo ilícito, ni es motivo para jugar la baja racial. Por el bien de Payton, esperemos que su madre advierta eso, y pronto.

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