Este filósofo ateo desarrolló fuertes críticas a la religión por
considerarla innecesaria. Colaboró con la famosa Enciclopedia de
Diderot escribiendo casi 400 artículos de la misma sobre Física y
Química, y también la apoyó económicamente. El que fue uno de los
principales inspiradores de la Revolución francesa murió poco antes de
su comienzo en 1789.
Su libro Historia crítica de Jesucristo se adelanta a su tiempo y
plantea un análisis crítico de las narraciones y relatos del creador del
cristianismo. Y en su libro más importante El Sistema de la naturaleza
elabora una filosofía claramente materialista, con influencia de
Condillac y La Mettrie.
La facultad primordial para Holbach es la razón, porque es la que
hace posible el verdadero conocimiento, y corrige las ilusiones de los
sentidos. En este sentido se muestra como un pensador ilustrado. Este
barón considera que es indispensable la superación de la religión, para
que triunfen el entendimiento y el conocimiento. Desde la perspectiva
actual se comprende que ante las supersticiones existentes en el siglo
XVIII, y el clima religioso existente en el siglo de las luces, Holbach
juzgara de una forma tan crítica la religión establecida, por sus
incoherencias y privilegios injustificados.
Si bien es cierto también que este filósofo ilustrado es un ateo
combativo que ataca con excesiva dureza, y sin remordimiento alguno
la religión, por considerarla resultado de la ignorancia. No es un ateo
tranquilo y sosegado, sino que se expresa apasionadamente afirmando
su pensamiento. Escribe Holbach: «Esta fuerza que crees conocer
mejor llamándola Dios, no es sino la energía del gran conjunto, cuya
esencia es actuar: no es realmente sino la materia que actúa en el
tiempo y llena el espacio». Como se puede observar sus planteamiento
parecen muy actuales, y concuerdan, de modo general, con las ideas de
determinados científicos actuales.
El materialismo de Holbach está estrechamente unido a un sensismo
que expresa la esencial significación de las sensaciones y de lo
sensorial, en nuestro conocimiento y captación de la realidad. El sentir
es algo corporal que está integrado en la materia, y no proviene de un
origen espiritual.
En lo relativo al gran valor de la religión para la política Holbach se
muestra perspicaz como otros filósofos. Considera que el poder se
apoya en el control de las conductas propiciado por la doctrina de la
Iglesia. Por tanto, a su juicio, el gobierno político del pueblo ve con
satisfacción la existencia de prácticas religiosas, porque convierten a la
masa popular, en más dócil a la dirección de la autoridad del estado.
De todas formas, a pesar del ateísmo de Holbach es necesario poner
de manifiesto que su forma de pensar tiene horror al mal, y desprecio
por la inutilidad, algo que indica su aprecio de la moral y del saber.
Ya que dice: «Cualquiera sea tu modo de pensar, acuérdate de que no
puede autorizarte a ser injusto o cruel». Con lo que deja muy claro la
enorme significación de la ética en los comportamientos humanos de
todo tipo.
Respecto a la labor de investigación considera que lo más esencial
es seguir la guía de la experiencia, como camino efectivo hacia la
verdad. Además la acumulación de experiencia es un método de
primer orden para el descubrimiento de posibles engaños, falsedades
y encubrimientos. Aunque afirme el materialismo Holbach aboga por
la moderación en el disfrute de los placeres de la vida. Considera que
si trabajamos por el bienestar de los semejantes, también forjamos
simultáneamente nuestra propia felicidad.
Su crítica del la «religión orgullosa» está motivada por las
interferencias de la misma en la política del siglo XVIII, concretamente
apoyando al despotismo. En cualquier caso, la extraordinaria
capacidad crítica y su potente sistematicidad en la elaboración de
su filosofía le convierten en uno de los filósofos fundamentales, si
queremos entender la Ilustración. Su casa parisina desempeñó una
función de intercambio de ideas clave, en el ambiente intelectual
de esta época, con dos reuniones semanales, y en la misma se fue
fraguando el gran impulso que causó la Revolución francesa.
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