Cada 23 de abril se celebra el día de San Jorge, el patrón de Inglaterra y de muchos otros países. Sin embargo, en esta fecha, así como en la que se dio dos días antes, en ocasión del 94 cumpleaños de Elizabeth II, no hubo gente en ningún pub, bar o concentración popular para festejar cualquiera de esos acontecimientos.
Esto es algo que no tiene precedentes en los 68 años que lleva reinando la monarca británica. La cruz roja sobre el fondo blanco es el emblema de San Jorge y también la bandera nacional de Inglaterra, la cual flamea en miles y miles de hogares, y que también es una de las tres cruces que componen la “Union Jack”, el estandarte del reino Unido que también figura en los estandartes de muchas otras naciones.
Esta cruz también estuvo en el escudo de la monarquía de Aragón que al juntarse con la de Castilla creó lo que sería el imperio español, el cual llegaría a ser el más grande de ultramar que haya existido. Aún hoy san Jorge es una figura patronal no solo en Aragón sino en Portugal y Cataluña.
Los catalanes suelen celebrar Sant Jordi con flores y regalos de amor, como si fuera un equivalente del san Valentín, pero esta vez no lo podrán festejar así ni en sus fiestas anuales cerca al Puente de Londres debido al distanciamiento social.
Ingleses y catalanes, quienes tienen en común ser países clavos dentro de sus respectivos reinos multinacionales, ahora también pueden compartir el hecho de que sus respectivos jefes de gobierno han llegado a contraer el COVID-19.
La leyenda de San Jorge cuenta que él derrotó a un dragón. Hoy, todos sabemos que una bestia como esa jamás ha podido haber existido, pero nadie se imaginaba que otra peor, de un tamaño más diminuto que el más diminuto ser vivo, iba a causar más estragos que cualquier gigante alado que escupa fuego.
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