Cuidado con Dios, debo ser precavida pues después de todo es el jefe, no deseo que me falle, sería un fracaso, aunque con él nunca se sabe, con que me cuide al amigo me llegará. Yo no importo ya. Perdón por mis males que fueron muchos, perdón y consuelo compañero, perdona la confianza, son los años que llevamos juntos, hablando, conociéndonos, siempre has vuelto a mí, tú también. Vivir sin vivir en mí soportando la injusticia y siendo capricho de otros que me han hecho dar malos pasos, vivir sin ser yo y siendo quien me hacen ser, con caprichos del Crepúsculo que guardo en un pasaporte que puede ser sinsabor y dolor. Aunque nada bueno vea, debo saber: agradecer. Pero vivir así de esta forma tan cruel no es vivir, sino sobrevivir.
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