Sin san Jordi o “san Cervantes” no llegaron en abril a tiempo, siendo infieles a su cita, viene santa Brígida en julio y hace lo propio que ellos pero en tiempos del COVID.
Santa Brígida, nombrada en 1999 copatrona de Europa por el Papa Juan Pablo II, tendrá este año el honor de recordarse como escritora, al representar a los autores, no en vano escribió varias obras, entre las que se encuentran los libros numerados de Profecías y Revelaciones de Santa Brígida de Suecia.
En el capítulo 6 del Libro Primero, la santa pone en boca de Jesús estas palabras: “Mis enemigos son como la más salvaje de las bestias, que nunca pueden estar satisfechos ni permanecer en calma…”
Enemiga ha sido la pandemia aunque mucho digan que se haya leído en los meses del confinamiento. Con librerías y bibliotecas cerradas, no se han podido comprar ni prestar obras para alimentar las ganas de lectura propias del ocioso, durante tanto tiempo, eso quien consiguiera estarlo, al no estar parado o no acudir al trabajo y/o teletrabajo.
A la nueva fecha del 23 de julio se apuntaron Asturias, Castilla y León, Cataluña, al menos en Barcelona, también País Vasco, Madrid, aunque aquí tendrán su Feria del Libro en octubre, etc. No sabemos si en Castilla La Mancha se celebrará o en otras comunidades, porque lo que se lleva en todas partes es anular actos, como la firma en librerías de la editorial Anagrama, posponerlos e incluso no convocarlos por responsabilidad ciudadana, aunque se cumpla con las precauciones y normas antivirus.
Se agradece que se sigan celebrando, virtual o presencialmente, pequeños o grandes actos cercanos al mundo de los libros, aunque esa asistencia será mínima y voluntaria, no será real dadas las circunstancias del primer verano del contagio.
Un libro tiene vida, la tendrá siempre, es normal que se presenten varios durante el Festival de Teatro de Almagro, incluso en la Fiesta de la Pandorga. Ya hay numerosos autores que estamos a la cola del “no coronavirus” para presentar obra, en ferias, en Día de, o en el santo que quiera acompañarnos a dar a conocer un libro y dar a un título una fiestecilla con traje de gala y espumoso.
Santa Brígida nos dice sobre el libro que “Un libro, también, cuando lo hayas leído hasta el fin, cesa de existir junto con la acción de leer, y te quedas ocioso.” Para no quedarnos ociosos seguiremos leyendo libros, los que salen de las imprentas, editoriales y estanterías, de las bibliotecas personales, públicas y privadas. Habrá que aprovechar que algunas librerías venden sin gastos de envío, que los grupos literarios y autores preparan mercadillos virtuales para acercar los títulos a sus lectores. Aprovechemos el Día del Libro para participar en videoconferencias y ferias virtuales aunque estemos a miles de kilómetros, porque lo no presencial ha llegado de lleno y será así en los próximos años. ¡Viva santa Brígida!
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