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Etiquetas | Política

La voluntad del califa rojo

Anguita vuelve a ejercer su papel como líder de la auténtica izquierda
Francisco Collado Campana
martes, 16 de diciembre de 2014, 10:12 h (CET)
Hace unas cuantas décadas, cuando Julio Anguita era alcalde de la ciudad de Córdoba, sonó un teléfono en los pasillos del consistorio. Era un llamada de Madrid y quién hablaba al otro lado, era ni más ni menos que Felipe González, el recién estrenado líder socialista como Presidente del Gobierno. Esta llamada llevaba una demanda hacia el califa rojo en el que se solicitaba al ayuntamiento cordobés, que al igual que otros, se sumara a la política del ladrillazo que tan bien iba a venir al resto de municipios. La respuesta de Anguita fue clara y flagrante. Mientras él fue alcalde de aquella ciudad, no se procedería a ningún juego con el ladrillo.

Habiendo llovido ya bastante, Anguita vuelve a ejercer su papel como líder de la auténtica izquierda, intentando consensuar una agenda entre lo que en España podría llamarse un “bloque de izquierdas”. Primero, ruptura de Izquierda Unida de cualquier pacto con la socialdemocracia, o sea, con el PSOE. Segundo, búsqueda de puntos comunes entre Izquierda Unida y Podemos. En tercer y último lugar, la confluencia de listas conjuntas para las elecciones generales de cara a una mayor unidad.

El problema de esta agenda de Anguita, que es bastante respetable desde una postura de izquierdas, es la pérdida de posibles feudos como Andalucía. Desde donde siempre ha sido tradicional, la búsqueda de una alianza de izquierdas para evitar el gobierno de la derecha. Sin embargo, se ha acusado bastante a los socialistas de no ser socialistas, sino de ser social-demócratas, socio-liberales y algún que otro marxista descolgado que de vez en cuando vota a otros grupos de izquierda. Pese a todo el descalabro del PSOE, esta hipotética alianza propuesta por el califa rojo responde a planteamientos de creyente, más que de arribista e introduce riesgos. Riesgos como los que ya vivió la izquierda en 1995 cuando con la complicidad de Anguita se dio paso al gobierno de los populares. Cada uno saque sus propias conclusiones.

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