En la convivencia humana se aprecian diariamente "delitos" que no tienen pena legal, pero sí la condena social. También hay faltas humanas de perjuicio casi nulo a la población, que tienen pena jurídica.
El ardor de los políticos en tiempos electorales no debería encubrir bajezas como la mentira, que por acumulación y dureza generan un ambiente condenable, indigno de un Estado de derecho con monarquía parlamentaria. Todo ello es especialmente grave si provienen de supuestos hombres que reclaman ser conductores del país.
Posiblemente haya partidos políticos con equipos que investiguen supuestas faltas legales de adversarios, pero utilizan su denuncia como elemento de promoción política. No hay nada ilegal en hacerlo, aunque esas denuncias no bajen el precio de la compra familiar... Son elementos de juntar votos: legales pero inmorales.
Por otro lado, existe una inmensidad de "actos reprobables" que, por no tener pena legal, a veces pasan desapercibidos para la población, y eso lo considero un delito social grave, ya que mienten a la población y a sabiendas. Como asesor político con experiencia, sé que muchos políticos buscan acciones positivas argumentando eso de 'como mi rival ha hecho poco en este tema, yo haré un poco más'.
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