Los cambios en las preferencias inmobiliarias de las empresas tras el confinamiento se empiezan a notar en el mercado de oficinas y de locales comerciales. El flagship es el nuevo modelo en ambos segmentos en las grandes ciudades españolas debido a las nuevas tendencias en la forma de trabajar y de consumir de la sociedad española.
Y es que, en este contexto de nueva normalidad, la crisis de la COVID-19 ha supuesto un punto de inflexión en la tipología de activos que buscan las empresas tanto para su expansión en retail como en su espacio de trabajo. La ubicación estratégica de oficinas y locales comerciales ha pasado a ser prioritaria por encima de la superficie, que pasa a un segundo plano. Pese a las nuevas medidas sanitarias que obligan a las compañías a establecer distancias de seguridad entre trabajadores, se estima que las empresas reducirán alrededor de un 30% la superficie de sus oficinas por la implantación del teletrabajo en un porcentaje notable de su plantilla, lo que permite optimizar recursos y ahorrar costes fijos.
En el mercado de locales comerciales, el auge del comercio electrónico hace que los retailers traten de equilibrar sus recursos para maximizar ventas, combinando su presencia en high street con el e-commerce. Así pues, la tendencia apunta a que las marcas dediquen el mismo presupuesto al alquiler de sus locales pero apuesten por un menor número de establecimientos mejor ubicados: las zonas prime se consolidan con rentas de 150 a 300 euros/m2 al mes en las principales arterias de Barcelona, Madrid, Bilbao, Sevilla o Palma.
Miquel Laborde y Gerard Marcet, socios fundadores de la consultora Laborde Marcet, subrayan la importancia de la rápida adaptación del mercado a la nueva coyuntura: “Tanto propietarios como empresas se han dado cuenta de que hay ciertos cambios intrínsecos a la realidad empresarial y social que vivimos que van a ser relevantes. El mercado ha dado un paso de gigante en muy poco tiempo, y las tendencias que se preveían para dentro de 5 o 10 años, son una necesidad real a día de hoy”.
Según los datos de la consultora, el verano está generando movimiento por el cierre de negocios y la apertura de otros. Los activos inmobiliarios en buenas ubicaciones o posiciones estratégicas han experimentado ligeras correcciones de precio tras el confinamiento, aunque no se esperan grandes descuentos en el medio plazo. En el corto plazo sí que habrá grandes bajadas en segundas y terceras líneas, porque habrá una desocupación importante de locales comerciales. Los fondos, family offices e inversores privados ya vuelven a estar en búsqueda de bienes inmuebles con presupuestos de a partir del millón de euros para activos de retail y que superan los 20 millones para la compra de hoteles y edificios en zonas prime.
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