Me gusta empezar los escritos con algo un poco light para irme adentrando poco a poco en materia e hincar el diente en lo que más me atormente, me apasione o simplemente tenga ganas de escribir sobre ello. En esta ocasión va a ser diferente porque utilizando un símil taurino voy a entrar al trapo en pase de pecho y en redondo.
Dicen que para que las cosas se solucionen deben ponerse primero muy mal, muy mal, vamos, tocando fondo. No sé si estemos tocando fondo o todavía queda un trecho, lo que si sé es que estamos dentro de un precipicio cuya sima aún no está a la vista. En la caída vamos viendo todos los desperfectos que se han producido y los probables que van a suceder, pero seguimos en caída libre, sin lugar donde agarrarnos, sin casco protector ni paracaídas que nos sustente.
El hecho de que un virus maligno nos esté azotando de manera tan cruel, no debe ser óbice para olvidarnos de la otra pandemia que se inició antes de la del covid-19. Me refiero al Presidente del Gobierno que se trazó un plan estando en la oposición y lo está ejecutando de manera premeditada y precisa de mano de su asesor Redondo en beneficio solo de él. Visto lo cual no se para que nos están sangrando económicamente con 600 asesores más. Estamos comprobando que ellos dos se bastan para llevar a un país a la quiebra, llenar sus bolsillos y el ego del presidente a tope.
Es un hecho que ni la vara de medir ni la justicia es igual para todos los españoles, ejemplos tenemos a montones (desgraciadamente) porque la patente de corso que se ha adjudicado por su cuenta la izquierda de progresistas, siendo los más retrógrados, actuando de manera antiprogresistas casi siempre y la no independencia judicial totalmente politizada hacen de nuestra democracia una patraña bananera de la que nos vamos a ver negros para poder librarnos de ella.
De este discurso me pueden rebatir que ha sido elegido en las urnas. Eso no es cierto en su totalidad. Si bien fue elegido el presidente, no lo fueron los partidos con los que se aglutinó. Claro, que para llevar a cabo su plan eran los más indicados. Demostrado queda que los españoles les importamos una grandísima defecación, lo importante es seguir presumiendo de poder sobre un país en quiebra. Y…¿Cómo es que se le votó y según encuestas saldría de nuevo elegido? Yo lo veo meridianamente claro. Hay varias generaciones, de las que parte de ellas están en el gobierno, que han nacido en una España tranquila, regenerada, sin sobresaltos políticos, en la que se ha ocultado de manera machacona la cruda realidad de un pasado reciente en la que la división, las envidias, el rencor, la represión política, la guerra con lo que supuso en todos los frentes, dio paso a una confraternidad moderada en la que se aparcaron las viejas rencillas de manera generosa, para poder florecer, progresar y traer una novicia democracia en la que todavía, ya bastante deteriorada, estamos disfrutando. Claro está que para poder llevar a cabo dicha gesta, se contaba con políticos de alturas de miras, gran talla personal, no me refiero a las estaturas físicas y una buena preparación cultural. Desgraciadamente en la actualidad carecemos de ello.
Desde que el socialismo ocupó el poder y cambió el sistema educativo, se ha ido degenerando de manera absurda y totalitaria para ir formando personas de poca enjundia cerebral y fácil manejo, ya que la falta de criterio favorece el adocenamiento de la sociedad pudiendo ser manipulada a gusto de los gobiernos de turno, sobre todo de los más retrógrados, llamados por ellos mismos progresistas.
Las generaciones que han nacido con la informática y redes sociales incorporadas, si no se les muestran las cosas de manera visual, no existen para ellos. De ahí la poca importancia que dan a los contagios actuales y la irresponsabilidad que demuestran en sus comportamientos. Estas generaciones son las que ponen y sustentan a un gobierno que lejos de pensar en el bien ciudadano, solo piensan en la erótica del poder y en el enriquecimiento rápido por lo que pueda pasar. La riqueza que da un buen sistema educativo, la pasión por la lectura, el saber en general, ha dado paso a generaciones cómodas que se conforman con unas subvenciones que les regalan, sin dar un palo al agua y a verlas venir. En vez de ofertar trabajo remunerado convenientemente según conocimientos, el gobierno que es el que debe favorecer, ayudar sin poner piedras en el camino y dar todo tipo de facilidades a los empresarios y grandes capitales para poder llevarlo a buen término, se dedica a mentir demagógicamente con una propaganda fácil de asimilar a una generaciones desnortadas, abúlicas y sin ambiciones, que sentadas en el sofá jugando a las maquinitas, dejan pasar los días con más pena que gloria.
El poner cortinas de humo cada vez que se destapa un caso de corrupción en partidos del gobierno usando los amoríos del rey emérito, no deben ocultar la enorme trama urdida desde hace años con precisión cirujana para hacer, primero tambalear, para luego derrotar una forma de monarquía parlamentaria que nos dimos como pH neutro para lubricar la unión de los distintos reinos de taifas, que desde los Reyes Católicos algunos no se resignan a no poder sacar la patita por debajo de la puerta y dar problemas a todo un país e imponer como sistema de gobierno una república que conociendo los mimbres con los que quieren hacerla se me antoja bananera total.
Todo esto me hace pensar que tenemos incrustado en lo más profundo de nuestros genes el preferir siempre ser cabeza de ratón en vez de cola de león. La suma, que es la que da la fuerza, no entra en las cabezas de muchos. El dividir que es lo que hace ganar al que tiene el poder no se tiene en cuenta y por esta forma de razonamiento estamos como estamos.
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