El número oficial de muertos por COVID-19 en Estados Unidos está a punto de superar los 200.000, la cifra más alta a nivel mundial por un amplio margen. El domingo, la Catedral Nacional de Washington marcó el alarmante hito tocando su campana 200 veces, una por cada mil vidas perdidas. En Nueva York, familias que han perdido a sus seres queridos a causa de la COVID-19 encabezaron una marcha en la que corearon consignas como “Trump mintió. 200.000 personas murieron”.
Los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC por su sigla en inglés) se retractaron y sostienen actualmente que las personas asintomáticas que han tenido contacto con una persona contagiada deben ser sometidas a la prueba de diagnóstico del virus. Según informes, la anterior recomendación hecha por los CDC, que afirmaba que tales personas no necesitaban someterse a dichas pruebas, no fue redactada por científicos y fue publicada a pesar de sus enérgicas objeciones.
La congresista Jahana Hayes, la primera mujer afroestadounidense en representar al estado de Connecticut en el Congreso, se ha convertido en la legisladora más reciente en dar positivo por COVID-19.
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