Este tipo de tarjetas se han hecho tremendamente populares gracias a la consolidación del consumo por internet. Sin embargo, muchas cadenas de supermercados, entidades bancarias y empresas privadas online ofrecen estos servicios desde mucho tiempo atrás, razón de que tal vez te estés planteando aprovechar sus beneficios.
Porque, efectivamente, este tipo de tarjetas están sustentadas en un sinfín de beneficios para el consumidor, que pueden ir mucho más allá de la línea de crédito típica que cada una de las alternativas puede ofrecer.
Así, en el momento de escoger cuál es la tarjeta de crédito o la tarjeta de descuentos que mejor se pueda adaptar a tus necesidades, deberás valorar la información disponible sobre cada una de las ofertas con vigencia en el país, en sitios como https://tustarjetas.es/, que se encargan de recopilar tal información, así como también valorar tu realidad y necesidades, y las condiciones que diferencian a cada tarjeta en particular.
Analiza tu realidad y necesidades Antes de iniciar cualquier solicitud, nunca estará de más valorar ciertos aspectos personales que te permitan dar con la tarjeta de crédito ideal. En primer lugar, saber si realmente se necesita este instrumento o, algo mejor, saber qué es lo que buscas de una tarjeta como ésta.
Porque cada tarjeta ofrece beneficios muy diferentes y algunas personas pueden valorar más conseguir descuentos en restaurantes o comercios del sector electrónico; mientras que otras personas valorarán los descuentos en gasolineras o las tasas de interés bajas por hacer compras financiadas. Así que ese es el punto de partida: analizar lo que realmente necesitas y buscar en consecuencia.
Además de ello debes valorar tu realidad, personal y financiera, que son más que datos para las empresas que emiten estas tarjetas, porque les permiten evaluar de forma objetiva lo que pueden o no ofrecerte. Por tanto, será muy diferente tu búsqueda de acuerdo a los ingresos mensuales que tengas, de acuerdo a tu trabajo, si estás en ASNEF o si vives en una zona alejada de las grandes ciudades. Todo influye, por lo que siempre debes considerar los aspectos financieros y personales antes de enviar una solicitud, ya que incrementará tus posibilidades de tener éxito y conseguir la aprobación de la tarjeta.
Compara lo que ofrece cada una de las tarjetas Dicho lo anterior, es momento de tener en cuenta las características que diferencian a cada una de las tarjetas disponibles en el mercado.
Lugares de uso: son conocidas por todos las tarjetas de descuentos y de crédito en los supermercados. Son una posibilidad sencilla, ya que su solicitud no tiene grandes requisitos, pero tienen la desventaja de que sólo las puedes usar en algunos sitios. Mientras tanto, las tarjetas de crédito ofrecidas por bancos o instituciones en línea, las puedes usar donde quieras, aunque los requisitos y condiciones pueden variar.
Límites: todas las tarjetas cuentan con una línea de crédito. Las de descuentos, por ejemplo, se sitúan en el rango de 500 a 10.000 euros, mientras que las de crédito pueden llegar hasta los 50.000 euros, siempre y cuando cumplas con los requisitos de aprobación.
Costes: algunas tarjetas son gratuitas para su emisión, mientras que por otras tendrás que pagar. Algunas tienen cuotas de mantenimiento -importante, ya que puede suponer un gasto considerable-, mientras que otras empresas no la cobran. Considerar estos pequeños aspectos te permitirá ahorrar en todo momento.
Comisiones e intereses: las tasas de interés representan el elemento diferenciador de una tarjeta de crédito o de descuento. Cuando usas una tarjeta de crédito, o cuando se trata de financiar una compra para pagar en cuotas, algunas tarjetas no cobran intereses -sí, hay ofertas interesantes en ese sentido- mientras que otras cobrarán tasas de interés que podrán variar de empresa en empresa.
Lo ideal, desde luego, es encontrar un equilibrio entre todos los beneficios y las posibilidades que estas tarjetas ofrecen, pero siempre manteniendo una tasa de interés y unas comisiones que no encarezcan desproporcionadamente el producto, porque dejaría de ser un instrumento ventajoso.
|