Mire Vd. por donde nuestro ministro Salvador/Illa nos ha salido sanchopancesco, en el sentido de refranero, no en el de conformista, pero sí en el de persona acomodaticia y falta de ideales que es otra de las acepciones que le atribuye el DIRAE a esta palabra.
Resulta que, refiriéndose a la Comunidad madrileña en la que gobierna el PP, ha dicho: “la paciencia tiene un límite” y “no hay más ciego que el que no quiere ver”. Vayamos por partes, primero estoy totalmente de acuerdo en que la paciencia tiene una limitación y que los peores ciegos no son los que carecen de visión, sino aquellos que cierran los ojos ante al realidad, no quieren admitirla, y la rechazan como si no existiera, metiendo la cabeza en la arena como el avestruz ante el peligro.
Segundo, en la Comunidad madrileña ciertamente se están dando altas tasas de infestados por el Covid-19, pero también se contabilizan altas cotas de infección en comunidades como la navarra, cuya tasa es tan preocupante como la de la madrileña, pero con la diferencia de que en esta última gobierna el PSOE, con el apoyo de los proetarras de BILDU, por ello no se puede atacar, como a la de Madrid.
Por otro lado, es cierto que la paciencia tiene un límite, y la de los españoles está llegando al su borde. No es soportable, aguantable ni admisible que desde que existe esta epidemia se nos haya estado engañando continuamente. Enumerar todas las mentiras y falacias con las que se nos ha querido engatusar sería interminable, pero solo enumeraremos dos por lo perniciosas que han sido: El licenciado en Medicina Simón dijo, a pesar de que la OMS había advertido desde el mes de enero de este año que la peste se extendía por todo el mundo, que en España de darían pocos casos, dos o tres como mucho y que, si su hijo le pidiese asistir a una manifestación, desde luego que se lo consentiría.
¡Claro que no hay más ciego que el que niega la evidencia y prefiere mantenerse en la ignorancia! Esto es lo que ha puesto en práctica Pedro Sánchez y todos sus conmilitones! Han cerrado los ojos y no se han preocupado de atajar y poner coto al mal que padecemos.
Las falacias de Pedro Sánchez, desde que padecemos este mal, no se pueden enumerar. Van desde el desprecio más absoluto hacia los españoles hasta la inoperancia más dañina y perniciosa, que ha hecho que la OMS sienta preocupación por cómo se está gestionando este inconmensurable mal en nuestra Patria.
Lo cierto y verdad es que estamos gobernados por una caterva de inútiles funcionales a los que lo único que solamente les preocupa es mantenerse en su poltrona, aunque el perjuicio que causen a los españoles sea irreparable.
¡Pobre España, qué va a ser de ti con tales gobernantes!
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