Está usted aflojando las riendas, amigo. Creo que ha vuelto a aflojarlas de nuevo, que ya las aflojó, vaya. Y esta acción, como comprenderá si es que quiere comprender, no es ni sensata, ni aporta solución alguna a la tragedia que estamos viviendo todos los españoles desde marzo (por poner un mes), y que es de dimensiones incalculables por mucho que los gurús que le rodean se dediquen a blanquearla ante las pantallas un día sí y el otro también.
No haga mutis por el foro ni practique el desplante, amigo. Sea consecuente y honesto con la profesión que le tocó vivir y entréguese a la ciudadanía. Dedíquese en cuerpo y alma a dictar las líneas de actuación en esta pandemia criminal que nos está marcando para siempre. El mando único de este país es lo que le estoy pidiendo, ¿entiende? Que si los distintos presidentes autonómicos quieren gestionar por su cuenta y riesgo, que no puedan hacerlo de ninguna de las maneras.
No es de recibo que de golpe y porrazo se decrete un estado de alarma, confinamientos perimetrales a la carta, instauración de horarios de cierre para el sector hostelero puestos en la pizarra por el mejor postor, toques de queda al gusto de los señoritos y señoritas que gobiernan en cada comunidad autónoma, etc. Y los pobrecitos ciudadanos, vueltos locos ante un crucigrama de despropósitos porque no saben qué es lo correcto o lo incorrecto.
Así que aplíquese al cuento del resto de presidentes europeos, amigo. Conforme un comité de verdaderos expertos en la materia que no tengan nada que ver con la política. Profesionales de prestigio, que los tenemos a manojitos, que le indiquen el camino a seguir. Pues que visto lo visto y leído lo leído, lleva usted dando palos de ciego desde marzo (por poner un mes), y el contagio ya es insoportable y el número de muertos que aumenta por segundos, maldita sea. Por ello, le insto a que deje de mirarse en el espejo y de una puñetera vez coja las riendas.
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