No espero nada
Mover esta mano que sostiene mi pluma color azul marino como el mar cuando cae la noche, verde como mi jardín del bajo B y negro como la suerte que se me desea desde afuera por aquellas personas extrañas, insensatas, que no me han querido bien, que me desean lo malo sin lamentaciones, sin pensar que soy un ser humano, con dolor de espalda, huesos y corazón. Rojo como el amor que no sé si llegará, puede que venga del Caribe, puede ser Álvaro o Daniel, no sé. Vendrá, ya ves, vendrá o no.
Pero yo aquí estoy. Y me es igual su llegada o ausencia.
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