La guerra de Bosnia y Herzegovina terminó en 1995 pero sus
consecuencias siguen sintiéndose en todo el país, con más de 450
suicidios registrados en 2014 por depresiones, traumas y problemas
psicológicos derivados del conflicto, según revela un estudio elaborado
por la Red de Informaciones de Investigación Balcánica (BIRN).
El estrés postraumático y la depresión relacionados con la última guerra
son las dos causas principales que presentan las personas que se han
quitado la vida en territorio bosnio en 2014. El país quedó dividido en dos entidades tras la
guerra, la Federación bosnio-croata y la República Srpska, la entidad serbobosnia. A pesar
de las claras diferencias entre una y otra parte del país, los 459 suicidios de 2014 se
reparten de forma casi idéntica, con 230 fallecidos en la Federación y 229 en Srpska.
La gran mayoría de los fallecidos, dos tercios de los casos, corresponden a hombres.
Según los datos publicados por el portal www.BalkanInsight.com, especializado en
informaciones sobre los Balcanes, la mayoría de los suicidios en la entidad serbia se
registraron en la ciudad de Banja Luka, uno de los bastiones serbobosnios durante la
guerra.
En la Federación, Tuzla se sitúa como la ciudad con más suicidios, con 50 muertos. Esta
localidad fue declarada como zona segura por la misión de Naciones Unidas (UNPROFOR)
y albergó a los miles de desplazados que huyeron de Srebrenica cuando el Ejército
serbobosnio perpetró allí un genocidio en julio de 1995, matando a más de 8.000 varones
musulmanes.
ESTRÉS POSTRAUMÁTICO
Teniendo en cuenta estos datos, el psiquiatra bosnio Mirsad Serdarevic no tiene dudas de
que el denominado desorden por estrés postraumático (PTSD) y otros traumas provocados
por la guerra siguen teniendo un impacto directo en las cifras de suicidios.
"En términos generales, la mayoría de los suicidios están relacionados con desórdenes
psiquiátricos, lo más común es que sean por depresiones polares o bipolares pero también
especialmente el PTSD y otras razones sociales y económicas como el desempleo, el
estrés familiar y financiero pueden influir significativamente en los suicidios", ha
asegurado Serdarevic.
En su opinión, tras unos hechos traumáticos "difícilmente descriptibles" como "la pérdida
de seres queridos de modo violento", el dolor del día a día de los familiares "puede conducir
a una predispoción al suicidio". "Esta predisposición puede intensificarse en las zonas
donde no hay apoyo o en las que hay factores económicos y sociales negativos", ha
asegurado.
Los datos de la Policía bosnia ponen de manifiesto que más de 20 menores de edad se
suicidaron en 2014 por motivos como conflictos con personas mayores, relaciones
familiares problemáticas y temas escolares. El doctor Serdarevic ha advertido de que la
traslación de los traumas de la guerra de una generación a la siguiente puede provocar
muchos de los problemas actuales.
El psiquiatra bosnio ha hecho hincapié en la necesidad de promover en el seno de la
sociedad bosnia la educación sobre los problemas mentales para evitar que terminen con
suicidios, en pocas palabras la "desestigmatización" de los problemas mentales. "La
educación centrada en la desestigmatización de las enfermedades psiquiátricas y los
suicidios es el primer paso para reducir el número de suicidios", ha afirmado.
"Cuantas más oportunidades tenga la sociedad de tratar públicamente las dificultades
psiquiátricas más conocimiento y comprensión de estas enfermedades habrá y las
personas serán más tolerantes y compresivas con los que sufren", ha señalado. "Eso puede
llevar a una detección temprana de los síntomas y a impedir que las personas se suiciden",
ha asegurado.
SUICIDIOS EN EL MUNDO
Según los datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), cerca de un millón de
personas se suicida cada año en todo el mundo. La media de Bosnia y Herzegovina es de
doce suicidios por cada 100.000 personas, lo que se aproxima a la media europea.
La guerra de Bosnia y Herzegovina acabó con la vida de 150.000 personas y dejó más de
un millón de desplazados y refugiados entre abril de 1992 y diciembre de 1995. Según las
estimaciones de Naciones Unidas, más del 90 por ciento de los muertos eran bosniacos
(musulmanes bosnios).
Tras la guerra, el país quedó dividido en dos entidades claramente diferenciadas: la
Federación de Bosnia y Herzegovina, con mayoría de población bosniaca y bosniocroata, y
la República Srpska, la entidad serbobosnia. Por encima de las dos entidades se sitúa un
débil gobierno estatal con escasas competencias.
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