El fiscal anticorrupción Luis Rodríguez Sol ha elevado este jueves a
definitiva su petición de cuatro años de prisión para el exdirector general
de la Caja de Ahorros del Mediterráneo (CAM) Roberto López Abad y de
dos años y medio para el expresidente de la Comisión de Control Juan
Ramón Avilés por la "sinvergonzonería" de las dietas abusivas que
cobraron un total de 19 miembros de la entidad.
Los dos exdirectivos se sientan en el banquillo de los acusados de la
Audiencia Nacional desde el pasado 22 de enero, acusados de delitos de
apropiación indebida y otorgamiento de contrato simulado. El Ministerio
Público pide, además, una indemnización para el Banco Sabadell o
subsidiariamente para la Tenedora de Inversiones (TI) de 1,4 millones de
euros, y multa, para el primero, de otros 90.000.
Según ha expuesto el fiscal ante la Sala, presidida por la juez Teresa
Palacios, López Abad y el fallecido presidente de la caja, Vicente Sala,
incurrieron en un fraude de ley dirigido a proporcionar a los integrantes de
la Comisión de Control de la caja una retribución que no les correspondía
según los propios estatutos del banco.
Para ello, decidieron integrarles en una comisión paralela de gobierno,
la de una de las sociedades participadas, la TI. Sus funciones en este
órgano creado ad hoc eran, cuanto menos, discutibles, según la
descripción del representante de Anticorrupción.
Rodríguez Sol ha asegurado que los 19 miembros de esta comisión
'paralela' "no tenían ningún derecho a cobrar absolutamente nada" ya que
acudían a las reuniones de TI "como quien va a una conferencia". "Uno va,
se sienta, escucha lo que se dice y como mucho hace preguntas al final",
ha insistido.
"NO TRABAJABAN NADA"
El presidente de la Comisión de la participada, y los otros 18 miembros,
no trabajaban "nada" entre reuniones, presentaban un "enorme grado de
desconocimiento de sus funciones" y "no tenían ninguna responsabilidad",
ha dicho el fiscal.
Sin embargo, su presencia en el organismo, creado en 2005 y que
pervivió hasta 2011, les proporcionó pingües beneficios, que oscilaron
entre los 9.000 y los 308.700 euros que se asignó Avilés.
Además, las dietas se fueron incrementando en el transcurso de los
años, hasta tal punto que llegaron a multiplicar por 150 la cantidad inicial y
desembocaron en una retribución de 80.000 euros por dos reuniones
anuales que se prolongaban una media de dos horas. Es decir, llegaron a
ingresar 20.000 euros por hora.
Rodríguez Sol ha defendido que debe reclamarse a los 18 miembros de
la comisión de TI la devolución íntegra de las cantidades cobradas, como
recoge el Código Penal y en calidad de párticipes a título lucrativo. "Hay un
enriquecimiento ilícito fruto de un delito", ha dicho.
PRÉSTAMOS IRREGULARES
El fiscal acusa, además, a Avilés de aprovechar su influencia en la
entidad para conceder a 'La Vereda de Sucina', una empresa que
controlaba a través de sociedades interpuestas y varios familiares,
préstamos para operaciones inmobiliarias por un total de 18,9 millones de
euros.
Además, el fiscal acusa a Avilés de simular un traspaso de acciones de
esta empresa a favor de su hermana con la intención de sortear el control
del Instituto Valenciano de Finanzas (IVF) y renovar sus préstamos. La
compradora "ficticia" abonó 90.000 euros por los títulos, tras recibir un
dinero que le fue entregado por la esposa del acusado.
El representante de Anticorrupción ha precisado que esta maniobra
sirvió a Avilés para evitar un impago que le hubiera supuesto la obligación
de abandonar su cargo en la entidad.
"El préstamo tenía muerte cerebral, no se podía reanimar y mantenerlo
era perjuicial para la caja. Es como una bola de nieve, la deuda va
creciendo", ha indicado Rodríguez Sol.
Por su parte, el abogado del Fondo de Garantía de Depósitos y de la
CAM, Carlos Gómez-Jara, ha reclamado una indemnización para el
organismo de cuatro millones de euros, por el perjuicio ocasionados.
El FGD --que pide seis años para López Abad y 10 para Avilés-- hace "la
labor de bombero del sistema financiero" y si tiene que soportar
"lesiones" por su intervención, obligada para mantener el sistema
financiero español, "tiene que ser indemnizado" y, cada culpable, deberá
hacerlo en su proporción, ha dicho.
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