Parece que se acerca un impulso de cambio ciudadano. Si los sondeos son fiables, y responden a la realidad de la situación y de la estimación de voto. El fin del bipartidismo, si se confirma, abre nuevas oportunidades a un juego político más diverso y, sobre todo, más representativo de las necesidades de toda la ciudadanía. También posibilita un mayor nivel de negociación política en el Congreso y el Senado para buscar acuerdos.
En las elecciones generales según los sondeos puede ser que se produzca un empate técnico, ya que las diferencias porcentuales, quizás no superen los cuatro puntos, entre las cuatro formaciones políticas con más votos.
Ante este probable panorama la necesidad de pactos cobra una significación mayor. Además, según las encuestas, la mayoría de los votantes prefieren que gobierne el partido más votado con apoyos puntuales de los partidos.
No es extraño que Podemos y Ciudadanos aumenten, en intención de voto, ante la situación económica del país. La explicación, a mi juicio, está en que aparecen como formaciones políticas de más reciente creación que los otros partidos. Y una parte muy considerable de los ciudadanos quieren arriesgarse al todo por el todo, por causa del desolador nivel de paro y precariedad laboral en el que estamos.
También existe, en mi opinión, en gran parte de la ciudadanía, un cierto desencanto ante las promesas incumplidas, y un deseo de probar suerte con nuevos partidos políticos. Por otra parte, el espacio político no posee una gran amplitud y, por tanto, es natural y lógico que en la lucha por los votos, unos partidos se vean perjudicados por otros que ascienden más. Porque el caladero de votos se reparte.
En cualquier caso, considero que lo esencial sería que los partidos con más peso electoral se pusieran de acuerdo acerca de cinco cuestiones fundamentales.
La primera sería el establecimiento de un subsidio de desempleo indefinido, sin limitaciones temporales, que permita una vida digna mientras se busca empleo.
La segunda la fijación de un contrato único indefinido que haga posible la creación de trabajos de calidad, y con un sueldo adecuado que a la vez permita el aumento del consumo y del poder adquisitivo.
La tercera es la consolidación de una Sanidad completamente gratuita y universal, y una reducción considerable de los tiempos de espera. Con una derivación a centros sanitarios privados, si es necesario, para eliminar las listas de espera, o reducirlas con plazos breves y prudenciales.
La cuarta aumentar mucho el dinero para becas y libros para asegurar la igualdad real de oportunidades en una enseñanza pública realmente gratuita. Y dedicar más fondos a la educación para impulsar una formación de mayor calidad y, sobre todo, más individualizada, para paliar, de verdad, el fracaso escolar.
La quinta es incrementar, sustancialmente, los fondos para investigación y desarrollo. De este modo, aumentaría la cantidad y la calidad de la investigación científica que se realiza en nuestro país. Sin olvidar a las Humanidades que también son absolutamente necesarias en la formación de todo ciudadano.
Se pueden añadir más cuestiones básicas que podrían ser objeto de acuerdo por los partidos políticos antes de establecer pactos de gobierno, o ejercer el poder en solitario.
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