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Ficha técnica
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92- Real Madrid: Llull (10), Rivers (7), Rudy Fernández (9), Ayón (7) y Reyes (15) -quinteto titular- Nocioni (5), Campazzo (2), Maciulis (7), Rodríguez (16), Carroll (12), Bourousis (2) y Slaughter (-).
66 - Movistar Estudiantes Jaime Fernández (7), Rabaseda (9), Aradori (12), Bircevic (8) y Slokar (-)-quinteto inicial- Simpson (10), Creus (-) Martín (15), Martínez (-), Llorente (-) Salgado (3) y Hernangómez (2).br>
Parciales: 20-27; 24-10; 26-11; 22-18.
Árbitros: Conde, Guirao y Cardús.
Incidencias: Vigésima sexta jornada correspondiente a la fase regular de Liga Endesa, disputado en el Palacio de los Deportes (Madrid) ante 12.128 espectadores.
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El derbi genera una atmósfera de efectos desconocidos. El Real Madrid encaró el derbi en absoluto estado de euforia. Su triunfo ante Maccabi había creado en el grupo esa confianza plena de verse capaz de superar toda ascensión complicada. Pero un derbi es un derbi. Estudiantes sólo necesitó un cuarto y un baloncesto sencillo para recordar al Real Madrid que este derbi era otra historia distinta: 20-27 tras una presentación de manual. Buen control del ritmo del encuentro, máxima concentración, gobierno de los hombres altos (entre Martín, Bercevic y Simpson anotaron 19 de esos 27 puntos), sistema táctico impecable con continuados cambios de defensa y una mayor actitud que un Real Madrid aún saboreando su triunfo del pasado viernes.
Alcanzar el final de cuarto supuso un punto de inflexión para el Real Madrid. O mejoraba de inmediato o tendría complicaciones serias. Estudiantes estaba moviéndose en un camino de rosas. Nada pareció cambiar. Las imprecisiones se convirtieron en prisas; y sólo Reyes (8 puntos) daba réplica al cuadro del Ramiro de Maeztu. El 17-39 de valoración era más que concluyente. Y encima Rudy Fernández (con 9 puntos) sumó su segunda falta. El cielo del Madrid se pobló de nubarrones hasta que surgió Sergio Rodríguez. El base asumió galones para echarse sobre sus espaldas al Real Madrid. Lo bordó. Puso el partido boca abajo. De un 23-31 se enfiló el descanso con un 44-37.
Estudiantes pasó de no sufrir ni un leve rasguño a verse desbordado. Los colegiales encajaron un contundente parcial de 24-10. Su vida placentera se esfumó con Sergio Rodríguez. Éste tomó la batuta y el Real Madrid empezó a correr y anotar. Dos acciones suyas, formidables en velocidad, acercaron a los blancos (28-31) y dos asistencias del canario -a Carroll y Bourossis- firmaron la remontada. La guinda estuvo con un triple suyo desde su salón. Estudiantes no sabía no ya parar al Real Madrid, sino a un único jugador: Sergio Rodríguez estaba en ebullición y él sólo puso el partido con viento a favor del Real Madrid.
Reyes, estelar
No sería acertado quedarse con el canario. Laso acertó con sus teclas o más bien Maciulis y Slaughter consiguieron dar otro aire en defensa al Real Madrid. Estudiante pasó de ver el aro contrario como un cráter a apenas divisarlo. El rebote era gobierno blanco y Reyes, como siempre, continúo obsequiando a los parroquianos con otro gran encuentro: 15 puntos y 20 de valoración; y su buena conexión con Ayón.
Nada estaba sentenciado (44-37) al quedar 20 minutos, pero Estudiantes volvió a pista con desventaja moral (y su estadística era determinante: sólo un triunfo a domicilio este curso). La tarea era complicada, pero asumible si rescataba su juego del primer cuarto. Dos canastas de Ayón, a cuál más fácil, pusieron los diez arriba al Madrid: 48-37. Estudiantes parecía haber desconectado, justamente en ese tercer cuarto tan amado en su vecino. La tormenta había cambiado de dirección y más cuando sólo 6 jugadores de Estudiantes había anotado algún punto. Otro punto en contra cuando en estos partidos se trata de encontrar el mejor de los repertorios posibles. Como el anotar 21 en dos cuartos tras los 27 de presentación. Estudiantes se desinfló. El partido estaba finiquitado antes del cuarto final (70-48): Sergio Rodríguez ya se había encargado de fulminar al Estudiantes.
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