Martirio, “madrefiera” que lucha por los derechos de su hijo cascao, y madre de sus retoños de serie, me trasladó la noticia de que 24 padres habían dejado de llevar a sus hijos al cole porque sus 24 hijos, no afectados de trastornos del espectro autista; tenían miedo de una niña de 10 años que acosaba a sus hijos con «agresiones e insultos».
La última tertulia casqueril giró en torno a la música de “A degüello” que sonaba en las trincheras del frente contra la discriminación. Se trata de un caso de discriminación de manual, en esta ocasión enraizado en las raíces del nazismo que se llevó por delante a los diferentes de la Alemania de Goebels, que por cierto era cascao.
A grandes rasgos intuyo que la cosa es así: Los padres de una niña piden hace 5 años apoyos educativos para su hija (la opinión de Málaga 14-3-2010), ningún padre de los niños, sin trastornos del espectro autista, que comparten aula con su hija mueve un músculo en su apoyo. La Consejería de Educación de la Junta de Andalucía, toma la postura de Don Tancredo y mira para otro lado.
La soledad de los padres de la niña acaba cuando Diario Sur hace público que 24 padres desamparan a sus hijos al no llevarlos al colegio, porque una niña acosa a sus 24 hijos. Lo que es de traca, nunca lo había visto, es que una asociación en defensa de los derechos de los menores, Prodeni, lo sea solo de los menores sin trastornos del espectro autista. A la niña que le den dos duros.
Justo, mi amigo el leguleyo que estudió derecho y nunca caminó así, me dijo que yo no me enteraba de nada. ¿Por qué crees que los hechos se han producido ahora?, Y luego me dijo que la noticia salió el 18 por no sé qué de presionar a la Consejería de Educación por estar en periodo de celo electoral y saber que saldría al reclamo. En días sucesivos el periódico da cancha a las familias de la partida de caza, “el problema ya lo plantearon a la Consejería en mayo del año pasado”; cuatro años después de que los padres de la niña comenzaran la romería de la reclamación de la atención a la que su hija tenía derecho.
La Consejería reitera que la niña recibe atención individualizada. ¿Desde cuándo? Desde hace pocas semanas, y solo en el último mes ha tenido tres personas de apoyo en el aula; personal que por cierto es una subcontrata de la administración, que también aparece en prensa con titulares como: “Medio centenar de monitoras de Educación Especial denuncian que no cobran desde octubre”. No digo nada de la formación, retribución, consideración y funciones de los “monitores” porque tendría que escribir un tratado. Pero si pica la curiosidad puede aliviarse con la lectura de una entrada en cappaces.com “Función del Auxiliar técnico educativo (cuidadora)”.
Terció Marcial, el caballero mutilado por la patria que comía de lo que cazaba y hierbas del terreno, para decir que la acción de los 24 padres fue un calco de la que condujo a “la noche de los cristales rotos”; llevada a cabo por los “camisas pardas” (tropas de asalto de las SA), conjuntamente con la población civil, mientras las autoridades alemanas observaban sin intervenir.
Recordé lo que mi madre contó durante mucho tiempo; tenía yo menos de 6 años, lo sé porque a los 7 estaba institucionalizado, cuando sentado en un banquilet un niño me empujó tirándome al suelo. Mi madre vino a recogerme y le dijo a mi compañero de clase que eso no se hacía. Acudió la madre del niño y le dijo que no jugara conmigo porque no sabía y que como era delicado que “sa mare s’el fique en la figa”. Casi 30 años después aquella madre estaba cuidando de su hijo las 24 horas del día porque una embolia le había producido una hemiplejia severa que además le afectaba al habla.
Lo cierto es que, en muchos centros, la comunidad educativa se ha puesto del lado del niño con necesidad de apoyos para que la administración los ponga y no se vea segregado ni suponga un lastre en el desarrollo de la actividad docente en su aula. Cuando se ponen los recursos necesarios para la inclusión educativa, con el paso del tiempo esos recursos se pueden retirar porque son los propios compañeros los que prestan los apoyos que precisa. Además, eso de la igualdad y los ajustes razonables existe ahora, no como hace más de 36 años, cuando un amigo jinete de silla de ruedas era descabalgado bajándole sus compañeros de clase por las escaleras, porque era “imposible” cambiar su aula a la planta baja. Lo imposible se hizo realidad, porque los padres de sus compañeros se enteraron de que los padres del jinete habían pedido durante dos años la ubicación de su aula en la planta baja, sin ningún resultado.
En fin, el partido, tal como yo lo veo está en el aire porque la administración sabe perfectamente que en el centro de la niña faltan recursos. Ha sido la presión de los padres de los 24 niños, sin trastornos del espectro autista, lo que se intentó taponar con el parche de una tardía subcontratación de monitora. Curioso ha sido que se hayan destinado 3 psicólogos de educación a evaluar a los 24 niños sin trastorno del espectro autista a su vuelta a clase.
Justo, mi amigo el leguleyo, decía no sé que de presentar: una reclamación patrimonial por el mal funcionamiento de educación, por la vía penal por discriminación y no sé que de la ley de protección de datos. Pero lo cierto es que yo de eso no entiendo y lo que sé es que la niña es rehén de fundamentalistas de la exclusión social, que sus padres se encuentran sometidos al peso del linchamiento de una niña que se entera de todo, aunque no lo exprese como los niños sin trastorno del espectro autista, porque su forma de comunicación con el entorno no es la vulgar.
Lo que me llena de esperanza es el comentario de prensa del padre de una alumna del mismo centro cuando le dijo como veía ella lo que pasaba. Me demuestra que hay padres que educan a sus hijos en el respeto a la diversidad y análisis crítico de la realidad.
En fin, la cuestión de fondo se solventó en la declaración de Salamanca, en 1994, alrededor de: jamón de Guijuelo, chanfaina, patatas meneás, calderillola, vino de las Arribes y excelente repostería: rosquillas de Ledesma, bollo maimón o los amarguillos de La Alberca. La excusa era la “Conferencia Mundial sobre necesidades educativas especiales: Acceso y calidad”, que organizaba la UNESCO.
Entre las conclusiones estaba el que la educación segregada era inapropiada, que procedía una educación inclusiva colocando los recursos (apoyos materiales y humanos) donde estuviera el alumno y no deportando al alumno a donde se pusieran los recursos. Los centros de Educación Especial debían derivar en centros de formación y apoyo a los profesionales educativos que precisaran formación, apoyo profesional y soporte de material especifico para la intervención con alumnos con necesidades no ordinarias. Pues bien, el jamón de Guijuelo debió de gustar porque 10 años después se volvieron a reunir en Salamanca para evaluar lo acordado en su día y llegaron a las mismas conclusiones, sobre el jamón y la inclusión.
En Italia, no hay centros de Educación Especial, los apoyos se colocan donde está el alumno. Yo, la verdad, tiemblo cuando oigo que me van a dar un trato “especial”; lo que quiero es que me den un trato como a todo el mundo, ajustado a mis necesidades y posibilidades.
En fin, la crueldad y premeditación de una acción, que ha llevado a que una niña se encuentre un día sola al llegar a clase, para presionar para que destierren a la niña, que se utiliza a los medios de comunicación y a una ONG (Prodeni) para justificar una “noche de los cristales rotos” merece el rechazo social por su crueldad. Lo cierto es que da igual que el cascao golpee o sea golpeado, el que sale del centro escolar es....
La niña saldrá del colegio, por lo que en el Rincón de la Victoria han vencido los fundamentalistas; que ésta derrota sirva para que no se repitan las circunstancias y actitudes que han llevado ahí. Con la niña fuera ha llegado el momento de pasar factura a quienes por acción u omisión han llevado a este crimen social. Se han vulnerado principios fundamentales y si ha fallado la administración educativa, exijo que la judicial, encabezada por la Fiscalía, ponga en valor: la ley, la Constitución, las Convenciones de la ONU de la infancia y de las personas con discapacidad (Art 24).
Acabo, voy a secarme las lágrimas que me han brotado con la lectura del comunicado de los padres de la niña. ¿Por qué habré recordado a Ruby Bridges?.
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