Siglo XXI. Diario digital independiente, plural y abierto. Noticias y opinión
Viajes y Lugares Tienda Siglo XXI Grupo Siglo XXI
21º ANIVERSARIO
Fundado en noviembre de 2003
Opinión
Etiquetas | ACTUALIDAD | Política

Élite extractiva en la intelectualidad malagueña

Esta élite cultural local mantiene un monopolio de los centros de creación de reconocimiento cultural
Francisco Collado Campana
lunes, 4 de mayo de 2015, 22:14 h (CET)
Hace ya algunas décadas, Acemoglu y Robinson definieron el concepto de la llamada “élite extractiva”. Un tipo de élite caracterizada por la primacía de su interés corporativista frente al interés común. Al respecto, estos politólogos señalaban tres rasgos básicos que esta minoría tenía. En primer lugar, tener una capacidad para sin crear riqueza nueva, tener un sistema de captura de las rentas de la mayoría de la sociedad. Segundo, impedir la aparición de un nuevo sistema o grupo que permitiese distribuir los bienes económicos y sociales entre el conjunto de la población. Tercero, abominar de cualquier proceso innovador que suprima lo antiguo y genere nuevas realidades y objetos.

Algo así parece que sucede en los certámenes literarios de Málaga. Un consistorio donde se ha instalado una élite local de corte extractiva creada por la connivencia entre intelectuales del partido y representantes. Esta afirmación tomada a la ligera puede quedar en un comentario de taberna, pero existen argumentos suficientes para sostener esta realidad. Para empezar, la élite cultural local malacitana es incapaz de producir productos culturales con un éxito que alcance más allá del término municipal. Aislada en su ombliguismo heliocéntrico, su único objetivo se restringe a garantizar a sus intelectuales el acceso al capital cultural. Citemos por ejemplo, los herederos de Revello del Toro y los intelectuales afines a gaviotas de impregnante olor a gaviota. Tampoco se escapa la sucursal del PSOE de Sevilla, unida bajo las ascuas de nuestro endogámico Ateneo.

En segundo lugar, esta élite cultural local mantiene un monopolio de los centros de creación de reconocimiento cultural. La única forma de ser reconocido en algún ámbito cultural de Málaga es someterse a los ritos iniciáticos del Ateneo, tener apellido de malagueño realengo y satisfacer las bajas necesidades de algún Arcas o Gross si eres mujer. Una muestra de la oposición al surgimiento de nuevas élites culturales se encuentra en la Casa Invisible. Por parte de la derecha, este centro sólo ha recibido sucesivas amenazas y chantajes de cierre. Por parte de la izquierda del establishmennt, la ignorancia que es probablemente uno de los mayores daños. Baste echar un vistazo a la hemeroteca

En tercer lugar, la élite malacitana extractiva alaba lo viejo. Los viejos apellidos del franquismo ilustrado como los Segalerva y los Pérez-Estrada, junto a otros de segunda fila, viejas familias decimonónicas integradas dentro del establishment. Por eso, no es de extrañar que después de cuatro décadas de la dictadura, la cultura malagueña sea prácticamente la misma y repita los mismos himnos y lemas. También, se encuentra el adorable Elías de Mateo, para quien la cultura se convierte en una especie de arena donde buscar a herejes y castigarlos con la marginación si no comulgan con el catolicismo oficialista.

Nuestra élite abomina de lo nuevo, por eso los jóvenes intelectuales que no comulgan con el establishment, quedan en el olvido. Sin embargo, la oportunidad que no está dentro, está fuera. Lo que esta élite plantea como una crisis para los herejes, puede ser una ventaja para la herejía. Harían falta ríos de tinta para hablar sobre la cantidad de profesionales, intelectuales y artistas de origen malagueño que han triunfado en el exterior. Más aún, en una época de crisis como la actual. Malagueños y malagueñas a los que después, a periódicos de mierda como el decano de la prensa malagueña, les gusta exhibir como trofeos de caza.

Ésta es pues, y no hay otra, la élite cultural e intelectual de nuestra ciudad. Jóvenes intelectuales sin carnet de partido, no aspiréis a nada dentro de esta endogámica tierra. El reconocimiento y el futuro está vetado para vosotros. Pero que pasados los años, no vengan los mismos que nos echaron para hacerse una foto con nosotros, a decir que nos conocían o que estudíamos en tal o cual colegio. Málaga nada nos debe, a ellos nada le debemos.

Noticias relacionadas

Cuando pasan ya treinta días de la catástrofe que asoló varias zonas de la provincia de Valencia, con la muerte de más de doscientas personas y algunas aún sin aparecer sus cuerpos, sorprende la supervivencia política de Carlos Mazón. Representa un caso único de inoperancia, ineptitud y negligencia que se corona con la resistencia a dimitir.

En la convivencia humana se aprecian diariamente "delitos" que no tienen pena legal, pero sí la condena social. También hay faltas humanas de perjuicio casi nulo a la población, que tienen pena jurídica. El ardor de los políticos en tiempos electorales no debería encubrir bajezas como la mentira, que por acumulación y dureza generan un ambiente condenable, indigno de un Estado de derecho con monarquía parlamentaria.

Hace algunos días, el señor Mikhail Zygar publicó en “The New York Times” (reproducido por el diario “Clarín” de Buenos Aires), una columna que reavivó algunas elucubraciones mágico religiosas que están dando vueltas en el ambiente con respecto a la guerra en Europa. El escrito del periodista ruso parece no tener esa intención, pero deja el tema flotando en la atmosfera.

 
Quiénes somos  |   Sobre nosotros  |   Contacto  |   Aviso legal  |   Suscríbete a nuestra RSS Síguenos en Linkedin Síguenos en Facebook Síguenos en Twitter   |  
© 2024 Diario Siglo XXI. Periódico digital independiente, plural y abierto | Director: Guillermo Peris Peris
© 2024 Diario Siglo XXI. Periódico digital independiente, plural y abierto