Pocha Pocha, revirocha, te retrataré la locha, que tienes dos locas tochas, Pocha Pocha relococha, cochilinda. Para nena, no hay quien pueda con ella, salvaje y elegante, que acaramela.
Pochita, nuestra gatita blanca y negra, concha de tortuga, máscara de zorro, gato con botas y cuerpo de niña obesa, está gorda la chiquilla salada, lunar de gitana azucarada, siete añitos tiene ahora, 17 de septiembre de 2006, los cumplió el 5 de mayo, dulces años, maravillosos, caprichosos, con carácter y linda la mirada. Luz de plata brilla para el sol, su color es viento mentolado, esmeraldas sus ojos, sus pasos incesantes de peregrina a Lourdes o Fátima, con la dificultad de un discapacitado pues tiene un poco de parálisis en sus patitas delanteras, alma de luna, cuerpo de Júpiter y perdida, como la boba, perdida por no poder comprar una lámpara de acero para encender por las noches y la armonía para mi cabello crespo cuando se enreda solo. Hay en mi alma una flor que lo dice todo y más. Te quiero mucho.
Tuve la suerte de tener a Pocha Josefina catorce años, murió del riñón. Deja un lindo recuerdo y algo más.
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