Durante 16 veranos el Festival de Música Clàssica Castell Santa Florentina se ha venido celebrando en el castillo del que toma el nombre, un castillo entre medieval, romántico y modernista.
Carlos Hartmann, creador de este festival, ha cambiado el lugar de la celebración de este gran evento musical pero, por suerte para el vecindario, continua ubicado en el Maresme, a pocos kilómetros de la localidad de Canet de Mar. Concretamente a partir de esta temporada se celebrará en la localidad de Caldes d’Estrac, más conocida popularmente como Caldetes.
Crisis en el castillo
Carlos Hartmann me explica con detalle el por qué del cambio: “Hace dos años cuando vendimos el castillo a unos rusos les pareció bien continuar con la tradición de llevar adelante el festival en el castillo, al tiempo que dejaban el espacio también prestaban soporte económico, este año, debido a la crisis, y a la devaluación del rublo, cedían el espacio pero no el soporte económico. Hace dos años el alcalde de Caldes d’Estrac, Caldetas, me vino a ver porque quería organizar un festival de música clásica en su localidad, en aquel momento le dije que yo no podía encargarme, primero porque me parecía que Canet de Mar y Caldetes están muy próximas una con otra y además coincidían en el tiempo, pues también tenía la intención de programarlo en verano. Ahora, he aceptado su oferta, me ha dado un apoyo fantástico, tanto logístico como por parte del Ayuntamiento de Caldes d’Estrac”.
La Croisette de Caldetes
Ya estamos situados en Caldetes, recordamos que por allí pasaron los poetas Apel-les Mestres, Joan Maragall y tantos otros, el Paseo del Mar, también llamado de los Ingleses y que nos recuerda por ser amplio, con abundante vegetación y al lado del Mediterráneo, a la famosa Croisette de Cannes, allí donde año tras año los y las mejores actrices del cine hacen su paseíllo con espléndida lucidez y presentan sus últimas obras cinematográficas.
Ahora, en Caldetes, cuna de la burguesía catalana que pasaba largos veraneos en sus chalets, algunos aún se conservan en las zonas antiguas de la villa, podrán seguir los conciertos que durante un año Carlos Hartmann contacta y contrata, un amplio abanico de posibilidades para agradar a un público al que gusta saborear en las noches de verano las mejores obras de la música clásica.
Las buganvilias que guiñaban los ojos
Sí, todo cambia o tal vez nada, el pequeño y recoleto jardín de Santa Florentina donde la acústica era tan perfecta que hacía guiñar el ojo a la buganvilias que se unían a las partituras musicales para dejar un perfume nocturno a todos aquellos a los que gusta adorar la música en letras grandes.
Esos suelos de mármol, maderas talladas con precisión , vidrieras de color con motivos religiosos, las cerámicas, el hierro forjado, las esculturas, y todo el afanoso trabajo realizado bajo las órdenes de LLuis Doménech i Montaner para los tres mil metros cuadrados del Castillo de Santa Florentina con la espléndida belleza que ha hecho del lugar un sitio de imprescindible visita en Canet de Mar y que ha servido para pasar noches de ensoñación en ese lugar irrepetible, ya no acogerán las notas musicales que durante diversos veranos allí se daban cita, después de 16 años el Festival de Música Clàssica de Santa Florentina se traslada, y en pos de la música los aficionados a la misma le seguirán hasta su nueva ubicación en Caldetes.
Edición número 17 en Santa Maria y Parc Muntanyà
La edición número 17 de este Festival de Música Clàssica de Santa Florentina en Caldes d’Estrac abrirá sus puertas el próximo día 11 de julio en la Iglesia Parroquial de Santa María, sita en el casco antiguo del pueblo, se llega a ella por una calle encalada, se trata de un templo erigido en el siglo XIII que renació de sus “cenizas” en el siglo XIX. Esta edición del festival comenzará con la actuación de la soprano rusa Katerina Tretyakova acompañada al piano por Ricardo Estrada, también la acompañará la voz del tenor Carlos Cosías.
El festival finalizará el 15 de agosto y, según me explica Carlos Hartmann, a lo largo del mismo tendrán lugar once conciertos, tres más de los que se programaban en el Castillo de Santa Florentina.
Pero no todas las actuaciones tendrán lugar en la iglesia, Carlos Hartmann me indica que: “Los de pequeño formato se celebrarán en esta iglesia y los de gran formato se llevarán a cabo en el Parc Muntanyà donde el Ayuntamiento pondrá una carpa que cubrirá el escenario y el patio de butacas, donde cabrán unas 500 personas.”
Proyecto ambicioso
Le comento que la nueva zona me parece un espacio espectacular: “Si, es fantástico-dice Carlos-es un festival que tendrá una gran proyección, más adelante podré entrar en detalles de cómo va a ser el futuro de este festival”.
El Parc Muntanyà está situado en la cima de la población, tiene a sus pies la arena de la playa y el inmenso mar turquesa. Buenas vistas, aunque los festivales sean nocturnos. Noches cálidas, Caldetes tiene un clima envidiable, siempre, en todas las épocas del año.
Para trasladar al público lo han puesto todo cómodo, fácil y accesible, desde el parking de 400 plazas habrá lanzaderas continuamente que llevarán al público hasta el lugar de los conciertos y al revés.
Iva inaceptable, incomprensible
Me habla Hartmann de un presupuesto de cien mil euros, un poco más caro que el de Canet de Mar y asegura: “Este IVA al 21% es inaceptable e incomprensible y más cuando si se compara con el de otras ciudades europeas y ves que está entre el 4-6%, nos afecta mucho a la hora de contratar a los artistas y el público lo nota en el precio de las entradas”.
Un festival con un amplio abanico de sorpresas
Hablamos de la programación de este año y, como todo el mundo, le pregunto qué es lo que más aprecia de esta edición, sonríe y contesta: “Es que todos me preguntáis lo mismo. Digamos que soy un padre que ama a todos sus hijos. He hecho un festival de música clásica en el que el público pueda encontrar lo que desea ver y escuchar, el abanico es muy amplio, concierto de piano, ópera “Carmen”, música de cámara, concierto de tenores, de sopranos, Ballet Ruso de Barcelona, danza, es muy variado”.
Le pregunto por el alcalde de Caldes d’Estrac, le pido hasta qué punto le preocupa el mundo de la cultura, el de la música clásica: “Es un hombre muy sensible-contesta Carlos-ha puesto a disposición de la organización del festival todas las personas del Ayuntamiento, es muy accesible y sólo hemos encontrado facilidades para llevar a cabo este trabajo”
Nos despedimos de esa simpática buganvilia que nos sigue guiñando el ojo para centrarnos en las nueva Croisette y esa carpa desde donde escucharemos el rumor del mar y el trinar de los pájaros, además de la pasión de esa “Carmen” despiadada, de esos tenores que brindan, de las sopranos que susurran y del ballet ruso que nos enseña a bailar con el tesón de la fuerza. Sin duda será este un verano para no olvidar, ver, escuchar y vivir, lo más importante.
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