En el Día Internacional del Beso, que se celebra cada 13 de abril, recordamos esta costumbre intrínseca en la vida de los españoles y que hoy en día, ante este nuevo contexto, se ha visto transformada, pero nunca olvidada, de hecho, cada vez la valoramos y añoramos más. De acuerdo al estudio, el 67% afirma que ahora disfruta más los besos que antes de la pandemia y un 71% asegura que echa mucho de menos saludar con dos besos a la gente mientras que apenas un 29% reconoce que no le queda otra opción que hacerlo con el codo. Y es que ya lo dijo Sabina: “Lo malo de los besos es que crean adicción”.
Todos estos distanciamientos que hemos tenido que introducir para cuidar nuestra salud no ha hecho, sin embargo, que cambie nuestra actitud a la hora de lanzarnos cuando alguien nos gusta de verdad. Es cierto que somos menos directos que antes, pero el 56% asegura que cuando comienzan a moverse las mariposas en el estómago no siente ningún reparo y se lanza a besar, tal y como lo hacía antes. Es más, el 88% confiesa que se lanzaría a robarle un beso a la persona que le gusta en una cita.
El primer y el último beso, los más recordados Una de las experiencias más inolvidables en la vida de una persona es, sin duda, su primer beso de amor. El 85% de los españoles asegura que tiene plasmada en su memoria este momento de su vida y que nunca olvida por más de que pasen los años. Y lo mismo sucede con el último beso que han dado: el 86% afirma que lo recuerda perfectamente.
¿Quién debe llevar la iniciativa del primer beso en una pareja? Los españoles lo tienen claro: cualquiera de las dos personas implicadas, sea hombre o mujer. Aquí lo que importa es que se produzca ese momento mágico. No obstante, no todos son tan osados de lanzarse a besar en la primera cita. El 57% afirma que antes del COVID, solía besar en ese encuentro, sin embargo, hay un 43% que piensa que es un poco prematuro y prefiere prolongar la emoción hasta otro momento.
Los españoles también se muestran un poco divididos con el hecho de si están dispuestos a besar a alguien sin saber su nombre, dejándose llevar por el calor de las circunstancias. El 48% asume el mea culpa y asegura que lo ha hecho en alguna ocasión, mientras que más de la mitad (52%) afirma que no lo ha hecho nunca… de momento.
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