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Cortesía

La cortesía se fundamenta en el respeto a todos
José Manuel López García
domingo, 28 de junio de 2015, 22:16 h (CET)
La cortesía y la educación son los ejes que sustentan una convivencia civilizada y armoniosa. Y en algunos periódicos me parece que necesitan clases intensivas de buenas formas en los procesos de comunicación con las personas que entran en contacto con ellos. Porque la libertad de expresión no implica el abandono de la cortesía y la educación.

El significado de la cortesía es muy clara: es la demostración de amabilidad y buena educación en el trato o la comunicación con los demás. En realidad, es la utilización práctica de las buenas costumbres en las relaciones comunicativas o sociales.

Y esto parece que se está perdiendo en determinados ambientes. Ciertamente, una de las columnas vertebrales de la educación ciudadana es la cortesía, y si bien en la enseñanza actual se da la debida importancia a la misma, parece que existen personas que, únicamente, son corteses, si les apetece serlo, según consideran a cada persona.

Y la cortesía y las buenas formas son algo obligado en el trato con cualquier individuo. Ya que cada ser humano merece respeto, según los Derechos Humanos, y las normas éticas más básicas.

Ya que la cortesía se fundamenta en el respeto a todos. Y todo el mundo se merece un trato amable y considerado, aunque sea para no estar de acuerdo, o rechazar sus ideas y propuestas.

La indiferencia y el desprecio o desconsideración son lo opuesto a la cortesía, y no son de recibo en una sociedad democrática avanzada y moderna. Y actitudes de este tipo existen en la sociedad, por desgracia. En este artículo me centro, especialmente, en algunos periódicos que no son, en mi opinión, precisamente, corteses. También es cierto que existen muchos diarios que sí lo son, pero deberían serlo todos, por razones de sentido común, etc.

La discrepancia se puede expresar de modo cordial, y la libre manifestación de las opiniones e ideas es lo más adecuado para un mejor entendimiento.

El silencio puede ser entendido como una especie de desprecio o desconsideración de los demás. Y esto éticamente no es admisible. Ahora que se habla tanto de la ética y la estética, es necesario reconocer que existen actitudes no estéticas en algunos medios de comunicación.

Si algunos periódicos se consideran, sumamente importantes, eso no justifica que menosprecien a nadie, y que consideren que están por encima del bien y del mal. Ya se sabe que las leyes dejan un amplio margen de libertad para las decisiones libres de los individuos y de los medios, pero desde una perspectiva ética las exigencias son mayores.El derecho es coactivo y la ética no lo es, aunque sea el fundamento justificativo del sentido de las leyes.

Nuestro país necesita unos medios de comunicación más participativos y abiertos. Algunos ya lo son, pero otros no. Algunos medios deberían ser más abiertos a posibles colaboraciones, y no tan cerrados y endogámicos. Sería mejor para todos, ya que al haber mayor diversidad de opiniones de más personas, en más medios de comunicación, habría mayor diversidad de enfoques sobre la realidad, y eso aumentaría la pluralidad de perspectivas y análisis. De todos modos, la verdad se abre paso a lo largo del tiempo.

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