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En busca del arca perdida

Noé consiguió, tras sortear terribles momentos de angustia, asentarse de nuevo y ver cómo volvieron a hacer de la tierra un proyecto de vida
Ángel Alonso Pachón
lunes, 7 de junio de 2021, 01:23 h (CET)

La ficción como las parábolas siempre han servido para aplicar a la vida real las “convenientes y justas” formas de convivencia social.


Todas las culturas, potencias sociales e imperios absolutistas han ido decayendo, hasta su práctica desaparición, por dejación de las responsabilidades, por el abandono de las costumbres morales, por la utilización política de las lenguas, por la prevaricación de las autoridades, por el sindicalismo del funcionariado y por una indiferencia cobarde del pueblo y sus consejeros orientadores (hoy conocidos como asociaciones, fundaciones, grupos de… etc.)


Cuando en una sociedad el vacío de ilusiones arrastra consigo el esfuerzo, el interrogante, la inquietud… los individuos comienzan a preocuparse, desconfiando de los que se decían asesores-consultores (siempre pagados por el enemigo); en ese momento se inician, lentamente, movimientos con proyectos de conjunción cívica, grupos de estudio socio culturales y agrupaciones de profesionales por la libertad democrática, cultural y moral.


Hace muchos siglos la tierra tembló… El proyecto del Creador se difuminada en egoísmos ególatras… Los individuos se arrastraban en el lodazal del placer impúdico… los becerros, tramposos trileros de esperanza fácil, se apoderaban del pueblo. El hastío acabó envenenando todo atisbo de futuro… Las tierras no eran fructíferas… las aguas sucias no daban vida… las noches no llevaban consigo la esperanza del amanecer…


Entonces la ficción, en forma de parábola gigante, comienza el proyecto de restaurar al hombre, preparando todo tipo de borrascas de viento, lluvia, granizo y nieve…


El hombre y la mujer, como proyecto creativo, se lanzan a buscar refugio salvador para todo tipo de seres y elementos, sueños de vida, según el Creador.


Noé consiguió, tras sortear terribles momentos de angustia, asentarse de nuevo y ver cómo, guiados por el sol, el viento en calma y la tranquilidad de las aguas, volvieron a hacer de la tierra un proyecto de VIDA, respetando lo natural como base de todo desarrollo.


Siglo XXI…


¿Dónde encontraremos el ARCA?


¿Quién señalará los MÁRGENES de una libre y respetuosa CONVIVENCIA?


¿Quién transformará el sin fin de ASOCIACIONES utilitarias y utilizadas?


¿Qué catecismo social será nuestra GUÍA?


¿Quién definirá LIBERTAD?


¿Quién se atreverá, en su soberbia ególatra, a ser CREADOR de VIDA?


¿Quién me impedirá subir al ARCA, refugio de FE?


SIGLO XXI…


El ARCA está sepultado porque el poder no quiere sueños.


El ARCA tiene clavadas sus puertas porque el poder no quiere personas libres


El ARCA, rodeada de emisarios cla, mantiene, sin embargo, la esperanza.


El ARCA, pregunta ¿dónde está vuestra LIBERTAD?


El ARCA, no publicita, sólo aporta VIDA… Los hombres eligen…


Se oyen murmullos… Se abren sus puertas… Vuelan ilusiones… Pastan esperanzas… Arriban alimentos… Aparcan diferencias… Bajan despacio, cogidos de la mano… Sonríen… El cielo es azul… El campo un vergel… Hablan todos… Se entienden…


Noé, parábola de creación y reconstrucción, vuelve envejecido, trayendo UNIVERSO y CONVIVENCIA.

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