Dice Mayor Oreja y corrobora Fraga que “el Franquismo fue una etapa de enorme placidez”. Y se quedan tan anchos después del enorme favor que le hacen a Zapatero, facilitándole otro poquito más su permanencia en la Moncloa. Llevo unos meses convencido de que algunos en el PP no quieren aprobar las oposiciones del nueve de marzo que viene; con amigos como éstos Rajoy no necesita más zapateros. Quedo a la espera de que quien tenga interés suficiente me demuestre lo contrario.
Pero tras escuchar esta desmedida afirmación primero a Mayor Oreja y luego a Fraga me preocupa que nadie de la derecha española salga a rebatirlo y a criticar cuarenta años tan criticables, tanto silencio entre ellos hace parecer que se trata de algo generalmente aceptado en las democráticas filas del Partido Popular. Confundir cuarenta años de sometimiento con cuarenta de placidez sólo se le puede ocurrir a quien haya vivido esa época… con placidez y haya salido de ella sin hacer una leve reflexión.
Tan complaciente opinión podría ser fruto de la falta de compromiso social o del desconocimiento y manipulación en que se nos mantenía a través de los medios de comunicación… del Movimiento, pero no corresponde a personajes actuales, cultos, políticamente formados y que vivieron de cerca, o protagonizaron, los avatares políticos de aquel momento histórico. Que se lo pregunten al ministro de Información y Turismo.
Viví esa época durante mi infancia y primera juventud en un pequeño pueblo y, más otros muchos aspectos aparte, todavía recuerdo conversaciones ajenas en la barra del bar siempre mantenidas en voz baja “no vaya a ser que…” El final de frase podría haber sido: “ se joda tanta placidez”. Más aún, recuerdo recién muerto el dictador haber asistido a alguna reunión clandestina, pincho de tortilla por el medio, conste, mea culpa. Coño con la placidez franco-fraguista, a mí me recuerda más una especie de anestesia político moral de la sociedad española. Y sólo estoy hablando de los últimos años de la dictadura, no de los años cuarenta, cincuenta o sesenta. ¿También fueron muy plácidos?
Que jamás nadie en el PP haya salido a realizar la más leve crítica a tan prolongado periodo, ¿pero no había presos políticos, aunque fuesen muy plácidos; no se fusilaba muy plácidamente también?, y sólo hablen de él con alabanzas más o menos disimuladas indica muchas razones por la que gran cantidad de españoles no han votado nunca al PP. Ésa es todavía una prueba del algodón democrático que al PP le da miedo enfrentar… más de treinta años después.