Existe otro refrán algo escatológico, que no dejaré de citar: “unos orinan en lata y no suena, otros lo hacen en lana y suena”.
Los españoles, tan prolijos en refranes, los tenemos para casi todas las ocasiones y comportamientos, gozamos de los que encabezan este trabajo, con los que unas veces se quiere decir que, sin haber hecho ningún trabajo ni esfuerzo, hay quien se lleva los beneficios, en perjuicio del que se ha esforzado por obtenerlos, y se queda sin ellos.
También de que hay quien lleva a cabo acciones dignas de aborrecimiento y abominación, y, bien por su influencia, o su poder, se mantienen ocultas, se silencian o empequeñecen, cuando no desaparecen, demanera que quien debiera de ser a los ojos de los demás un tirano, torturador o asesino, hay ocasiones en las que se le considera un benefactor de la Humanidad.
La exposición de las distintas actuaciones que seguidamente mostraré, no persiguen el "y tu más", postura que aborrezco, pues la considero una revancha; todo historiador ha de huir de ella, sino que colocaré en los platillos de la balanza de la Historia el comportamiento de dos países soberanos en dos ocasiones diferentesen el tiempo y las circunstancias, aunque sí similares en el trato y actuación que ambos tuvieron con los autóctonos de tierras diferentes. La labor llevada a cabo por los españoles durante la conquista y civilización de América ha sido vilipendiada y denostada por países tales como Inglaterra, Francia, Holanda y EE. UU, que tienen en su historia y comportamiento con los aborígenes de las tierras que invadieron mucho más de que avergonzarse que España en situaciones equivalentes.
No obstante, no expondremos la actuación de cada uno de estos países en su trato con los autóctonos de las tierras descubiertas, nos limitaremos a desvelar un hecho histórico, comprobable y verificable.
Se acepta con completa aquiescencia que un genocidio es la exterminación total sistemática deliberada y programada de un grupo social o de una etnia, por motivos raciales, políticos o religiosos. Creo que la mayoría de lo habitantes de este planeta conocen, bien porque lo han visto en películas, bien porque lo han leído o contado por sus mayores, el genocidio consumado por Hitler sobre el pueblo judío. Este aniquilamiento de una raza tiene varios precedentes en la historia de la Humanidad.Solo expondremos uno, el de un país que posiblemente sea de los que más se han ensañado y atacado a España fomentando la Leyenda negra y que tiene mucho que callar ya que consumó el total exterminio de los habitantes de la región de la Vendée sola y exclusivamente por razones religiosas, que no políticas, ya que la economía de este departamento contribuía a la prosperidad de Francia.
Antes de seguir adelante, les pido, con toda amabilidad, a quienes lean este parvo estudio que se retrotraigan al Siglo XVIII durante la Revolución francesa y la de la república de Haití cuyos sus gestoresiniciadores y consumadoresfueron todos masones.
El grito de guerra y banderín de enganche que gritaban estruendosamente tenía unas muy bonitas palabras dignas de ser, no solo suscritas, sino también seguidas por cualquier persona de buena voluntad. Estas eran: Liberté, Egalité y Fraterníté. Lema que muchos países han adoptado para sacudirse el yugo de sus tiranos.
Bien, vayamos al caso. Los revolucionarios franceses tenían, entre otros propósitos el cambio del calendario, nombre de los meses, de los días y de las horas, que, por cierto, fue un total y estrepitoso, fracaso.Otro eraborrar todo vestigio de catolicismo e implantar el culto a la diosa Razónque, para su representación humana, escogieron a una prostituta “amiga” de uno de los directivos de la Revolución y la entronizaron en el altar mayor de Notre Dame.
Con el deseo de aniquilar hasta la sombra del Catolicismo, comenzaron lo que podríamos llamar una guerra civil, aunque lo quieran disfrazar de otra cosa, fue solo eso, contra los habitantes de la región de la Vendé, cuyas poblaciones eran católicas convencidas y no estaban por rendir culto a una prostituta, aunque esta representase a la Razón.
Pensemos que estamos en el año 1793, concretamente el día 21 de enero de 1793, cuando guillotinaron al Rey Luis XVI. La sangre de los franceses corre por las calles. Son muchos los que no aceptan esta revolución contra los más que la promueven y secundan.
Los habitantes de la región de la Vendée no están dispuestos a seguirla. La consideran demasiado radical, antirreligiosa y que solo, por estos momentos,lo que ofrece es eliminar todo el Antiguo Régimen e implantar su nueva concepción de la vida de los ciudadanos y del gobierno de la nación.
Hay dos puntos que no admiten de ninguna manera: la instauración de la República y la Constitución Civil del Clero, que había convertido a los sacerdotes católicos en funcionarios eclesiásticos del Estado y les obligaba a jurar lealtad a la Revolución, eliminando la obediencia al Papa. Está claro que los campesinos vandeanos prefieren seguir fieles al régimen que se quiere eliminar, a sus costumbres tradicionales y a su tradición monárquica. Están respaldados por los nobles de esta comarca que han preferido permanecer con ellos y no macharse a París, como han hecho otros muchos.
Se inició así un levantamiento contra las directrices estatales, que el gobierno revolucionario no estaba dispuesto a aceptar por temor a que se extendiese a otras regiones. Dio comienzo de esta manera, una guerra civil que se alargó durante tres años y pasó a convertirse en el primer genocidio moderno.
La reacción de París fue decretar el exterminio total de los vandeanos, con lo que se cometió y consumó el mayor genocidiomoderno. 200.000 personas, hombres, mujeres niños, ancianos, todos sucumbieroninmisericordemente.
Se conocen la mayoría de los hechos sucedidos gracias a las crónicas de la época, y las cartas que se cursaban los generales implicados en ello, tanto de un bando como de otro, en las que se narren sucesos horripilantes y terribles que demuestran la crueldad de las matanzas llevadas a cabo, y la aniquilación cometida. Hay escritos en los que se manifiesta que desollaban a las víctimas, curtían sus pieles que se vendían después como trofeo.
Una de las cartas en la que se narra tal horror es la que dirige al Comité de Salud Pública el general de la Brigada del Ejército, Francoise-Joseph Westermann. En ella dice textualmente: “no tengo prisioneros que reprocharme. He exterminado todo”.
La idea del exterminio total no se tomó desde el principio. Se adoptó en agosto de 1793, cuando ya los ejércitos revolucionarios habían sufrido varias derrotas por parte de los insurrectos.Es el momento en el que se decidió la total aniquilación llegando al punto de que se enviaron grandes cantidades de materias inflamables al territorio con intención de arrasar todo a sangre y fuego, como manifestó el general que hemos mencionado. El propósito fue firme y sin vacilación: arrasar toda la región de forma que no quedase vestigio alguno de sus habitantes, ni de su desobediencia.
Fueron tres horribles años de guerra, al final de los cuales las “columnas infernales”, como llamaban a los ejércitos de de la Revolución se impusieron a sangre y fuego. Todo el horror de una guerra civil se puso aquí de manifiesto.
Pregunta obligada, sin animo de que nadie se dé por aludido´: ¿Quiénes conocían este episodio de la “douce france”?
La tierra de la libertad, igualdad y fraternidad. Libertad para quienes ellos quisieron, no para que los vandeanos pudiesen practicar su fe y sus creencias sin que nadie los persiguiera.¿Qué igualdad otorgaron a estos sus represores, cuando los masacraron sin piedad? ¿Fraternidad? Ciertamente la había pues eran todos del mismo país, pero no la tuvieron en cuenta las alimañas, como tales se comportaron, que arrasaron la Vendé.
¿Cuántas películas se han hecho sobre este episodio genocida destructor? Cuál ha sido su difusión? Posiblemente esté equivocado, pero esta ha sido más bien parva.
Este hecho no ocurrió entre los siglos XVI al XVIII, como sucedió durante la civilización de las tierras hispanas allende los mares,sucedió en el siglo XVIII, “elSiglo de las Luces"por antonomasia, dada la confluencia de corrientes intelectuales basadas en la razón, los métodos científicos, la propagación del saber y la modernización de la sociedad que lo caracterizan. Los revolucionarios francese aplicaron la razón en este hecho denigrante para averiguar cuántos vadéanos podrían exterminar para que no quedase ninguno.
No expondremos el exterminio realizado por los franceses en Haití y en otros muchos lugares en los que asentaron sus reales. Solo se habla de España y sus maldades. No de Inglaterra, Reino Unido u Holanda. Tendría que dedicar tiempo, del que carezco, y trabajo para sacar a la luz todos los muertos que tienen estos países en sus armarios. Orinan en lata insonorizada.
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