Hace bastantes años, allá por los 70, me pidieron colaborar en un programa social-religioso, que recibía el nombre de “cursillos prematrimoniales”. Por aquel entonces yo tenía fama de ser persona de convicciones firmes, no vendibles fácilmente. Acepté. Hoy, cincuenta años después, recordando aquel compromiso y lo poco que duró, he decidido narrar esa y otras anécdotas de aquella época, vividas, unas, en persona y, otras acompañado de mi esposa. Todo lo que recuerde, parecerá un cuento, pero del mismo no tendrá nada… realidades de una época y principios contrapuestos de toda una vida.
Carabanchel alto, barrio madrileño de la zona sur de Madrid. Plaza de la Emperatriz, iglesia parroquial de “San Pedro”. Estaba anocheciendo cuando me acerqué para iniciar la primera parte de los “Cursos prematrimoniales” que me habían solicitado. El salón estaba, prácticamente, casi lleno. El párroco me presentó y por respeto y porque yo así se lo había pedido, se retiró y me dejó solo ante un grupo de parejas, “católicas de aquella época”.
Lo primero que les manifesté es que yo era joven y con una experiencia matrimonial “exigua”. A continuación les comenté que en la base de todas las charlas-coloquio iban a encontrar una idea fundamental, la libertad de pensar, de discrepar, de molestarse, de abandonar y también les manifesté que me conformaba con que sacaran una sola conclusión: “SER ELLOS, EN SUS PROPIAS VIDAS”.
Les pregunté si sabrían indicarme la finalidad de los “PERALTES” en las autovías, autopistas, carreteras… De una forma u otra, sobre todo los chavales, expresaron y definieron los “PERALTES” y, más menos, todos coincidimos: Los “PERALTES”, tiene como principal objetivo la COMPENSACIÓN de la fuerza que trata de “lanzar” al vehículo hacía fuera de la curva, evitando de ese modo el riesgo y el accidente. Lógicamente, como el sentido de las curvas depende de la dirección o trayectoria del vehículo, el PERALTE deberá tener orientación derecha o izquierda.
El grupo escuchaba, al tiempo que sus rostros manifestaban una especie de incógnita: ¿a qué viene esto de los peraltes? Bien, comenté. En los matrimonio si no existieran los PERALTES, seguramente no durarían mucho. El vaivén continuo de la vida hace que unas veces la orientación la produzca el esposo y otras su pareja, la mujer. Cada curva o vaivén trae consigo la “CESIÓN o COMPENSDACIÓN” de la parte contraria.
En el matrimonio, a los PERALTES se les conoce con el nombre de COMPRENSIÓN, LIBERALIZACIÓN DE FUERZAS, VIVENCIAS LIBRES y CONTRAPUESTAS. Si las parejas no tienen claro los “PERALTES MATRIMONIALES”, la libertad individual se deteriorará y el final siempre será la INDIFERENCIA hacía el otro,el fin del COMPROMISO DE CONVIVENCIA, porque se olvidó que el elemento fundamental en un engranaje es el LUBRICANTE.
Señora Montero, ministra de Igualdad: le aconsejo un breve, pero serio, estudio de física. Comprenderá que no puede existir una IGUALDAD PLANA porque la propia INERCIA sería la causa de destruir lo que usted llama igualdad (más bien, diría yo, sometimiento). Señora Montero, ministra de Igualdad, el día que en una autopista no existan los peraltes, la propia INSEGURIDAD anulará la autopista. Exactamente eso ocurre con la convivencia hombre-mujer.
Volviendo a mi cursillo prematrimonial, tengo que decir que, sorprendentemente para mí, al día siguiente, el párroco me indicó, señalándome, con dedo inquisitorial, que dejara los cursillos. Motivo: los PERALTES. No era cristiano comparar en igualdad el concepto esposa-marido. El ROL de cada uno ya estaba asignado por la naturaleza.(¿?).
No debemos juzgar la historia por sus absurdos, sino a los hombres que no supieron corregirlos. La anécdota de los PERALTES en la vida social, fue tema en diversas tertulias, en las que poco a poco las personas fuimos comprendiendo “EL SENTIDO COMÚN”. No debemos olvidar que las circunstancias históricas de cada cual, ayudan a reflexionar y a comprender mejor, simplemente, por el hecho de saber situarse en el tiempo… Creo que lo tratado hoy, puede abrirnos el camino para comentar otra serie de situaciones vividas como naturales hace años y que ahora sorprenderían; nunca olvidemos que quienes las padecieron, sufrieron, a veces, de penas por causa del absolutismo religioso, intérprete y juez de “su propiaverdad”:
1. Motivos por los que respetar y admirar a la Virgen María. 2. Motivos por lo que la masturbación juvenil no debió ser nunca “señalada”. 3. ¿Por qué la moralidad de una misma acción dependía de la situación social: payo o gitano? 4. ¿Por qué la Iglesia, cuando no encontraba argumentos “morales” condenaba en base a la legislación política dictatorial?... “Se reunían en cuadrilla”. 5. ¿Por qué en los años 70, se tendía la mano caritativa como en los 1500?, “Roma es el Centro y en la lejanía de las circunstancias, Roma decide y condiciona? 6. El hábito no hace al monje… pero ¡cuánta razón tenía quien dijo que AYUDA! Estos y otros temas serán base de posibles comentarios y reflexiones. Todos ellos situados entre los años 40-70; reviviendo el PASADO, veremos el hilo conductor: La HISTORIA se llevó por delante al PENSADOR…, después evolucionó…, pero no supo, muchas veces, PEDIR PERDÓN.
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