Estamos inmersos en una de las mayores crisis económicas del último siglo. En este caso la motivación ha sido uno de los factores no visto antes a este nivel, al menos en la época reciente, como es una pandemia a nivel global.
Esta situación sanitaria ha golpeado como torpedos en el eje de flotación de la práctica totalidad de actividades mercantiles, aunque bien es cierto que las nuevas formas de comunicación e interrelación online han paliado mucho de los efectos que hubieran tenido si alguna de esas actividades no hubiera dado el salto a lo online y permanecieran en la forma tradicional de su realización.
El caso del ocio interactivo es muy reseñable en cuanto al crecimiento que ha demostrado en esta época tan complicada. El entretenimiento que tiene como herramienta vehicular a la red de redes se ha convertido en líder mundial, y no solo eso. Es previsible que lo siga siendo en el medio y largo plazo como consecuencia de la implantación de múltiples productos de esta naturaleza a nivel planetario.
El juego tiene sus orígenes en tiempos ancestrales, pero en la actualidad ha dado un nuevo giro de tuerca como consecuencia de la implantación tecnológica en su creación, producción y disfrute. La oferta de este tipo de productos, variada y atractiva, ha permitido dar respuesta a todas las demandas de un mercado cada vez más exigente.
Se ha demostrado en una situación tan complicada como la actual, que las formas interactivas de realización de muchas actividades tienen muchas ventajas sobre los métodos tradicionales. Los gustos y preferencias de la población se han adaptado a la nueva realidad, y no hay vuelta atrás en muchos de ellos.
Las nuevas generaciones tienen interiorizado desde la cuna las múltiples opciones que les ofrece internet para la realización de casi todas las acciones requeridas en su día a día. La pandemia ha venido a darles la razón sobre lo que estaban haciendo, y ha empujado a otros targets de la población a sumarse a este nuevo modelo de demanda que será el futuro de prácticamente todas las actividades mercantiles que nos rodean.
La pandemia ha acelerado los ritmos de transformación de la economía, un hecho irrefutable a nivel mundial que ha permitido demostrar que crecer en épocas de crisis es más que posible.
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