Arqueólogos estadounidenses han descubierto un foso con miles de
herramientas de piedra, hechas a mano, que datan de hace, por lo menos,
10.000 años, según han informado los investigadores.
Concretamente, los expertos desenterraron más de 4.000 escamas de piedra,
raspadores, punzones y puntas de lanza hechas a mano por algunos de los
primeros habitantes de la región.
Este hallazgo, que se ha realizado en una zona en la que se va a construir un
centro comercial en Redmond (Washington), podría arrojar luz sobre la etapa
en la que el bisonte prehistórico y los mamuts todavía vagaban por el noreste
del continente americano.
Durante el trabajo se han realizado análisis químicos de algunas de las herramientas, lo que ha
revelado rastros de los alimentos que comían, incluyendo bisontes, ciervos, osos, ovejas y salmón.
La excavación también descubrió un fragmento de hueso de este pez, lo que supone una evidencia
de que el pescado se abrió camino hasta los arroyos locales hace, al menos, 10.000 años.
Del mismo modo, se han revelado otras herramientas inusuales, incluyendo los fondos de dos
puntas de lanza que tienen bases cóncavas, informa The Seattle Times.
El yacimiento donde se ha producido el descubrimiento se examinó por primera vez en 2009,
justo cuando la localidad de Redmond se embarcó en un proyecto para restaurar el hábitat del
salmón en Bear Creek, un afluente del río Sammamish.
Gracias a este proyecto científico se determinó que ese lugar había sido ocupado en el pasado
por pequeños grupos de personas que fabricaban o reparaban herramientas de piedra.
Los autores del estudio, publicado en 'PaleoAmerica', han explicado que se trata de "un buen
lugar" para hacer campamento y que habría sido utilizado como "una ubicación centralizada para
salir a pescar y cazar y recolectar, así como para hacer herramientas de piedra".
En un primer momento, los equipos encontraron artefactos anodinos. Pero cuando cavaron más
profundo, se encontraron con una capa gruesa de turba de un pantano con más de 10.000 años de
antigüedad. Años más tarde se descubrió que, debajo de esa turba, había una gran cantidad de
herramientas y fragmentos.
"Sabíamos de inmediato que se trataba de un hallazgo muy significativo", ha apuntado una de
las autoras principales, Allyson Brooks. Del mismo modo, ha indicado que, la situación de estas
herramientas ha permitido su conservación.
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