La VI cumbre de la Comunidad de Estados de Latino América y el Caribe (CELAC) se desarrolla en México el sábado 18 de septiembre. Ésta fue creada en el 2010 para unir, por primera vez en la historia, a todos los 33 Estados soberanos al sur de EEUU. Incluye a todas las 18 repúblicas hispanoamericanas, Brasil de habla lusa, Haití de habla criolla y francesa, Surinam de habla holandesa y a 12 Estados anglo-parlantes que se encuentran en la Mancomunidad Británicas de Naciones, la mayor parte de los cuales siguen reconociendo a la reina británica Elizabeth II como su jefa de Estado.
A diferencia de la Organización de Estados Americanos (OEA), la CELAC sí incluye a Cuba y Venezuela (los países con más costa en el Caribe), pero excluye a las grandes potencias al norte de México (EEUU y Canadá).
La CELAC expresa una tendencia de las naciones al sur de Miami de organizarse de manera independiente a Washigton. Es parte del proceso que llevó a las primeras cumbres iberoamericanas, las cuales se dan anualmente desde 1991, y luego a la estructuración de bloques como la Unión de Naciones Sudamericanas (UNASUR) que incluía a las 12 repúblicas de dicho continente (Argentina, Chile, Uruguay, Paraguay, Brasil, Bolivia, Perú, Ecuador, Colombia, Venezuela, Guyana y Surinam), del Sistema de Integraciòn Centroamericano (SICA) que reúne a las 5 repúblicas de la antigua federación centroamericana que el 15 de septiembre celebraron su bicentenario de la independencia (Costa Rica, Nicaragua, Honduras, Guatemala y El Salvados) junto a Panamá, República Dominicana y a la anglo-parlante Belice y de la antiimperialista Alternativa Bolivariana de Nuestra América (ALBA) compuesta por Cuba, Venezuela, Bolivia, Nicaragua y 5 Antillas (y en las que antes estuvieron Ecuador y Honduras).
Washington no ha visto con agrado al ALBA y ha logrado quie caigan 3 gobiernos izquierdistas que la conformaron, y tampoco a la UNASUR por la presencia de Maduro. Por esto último Trump animó a Chile y a Colombia a arrastrar a la mayoría sudamericana a romper con èsta y crear el Foro Pro-Sur. Con el nuevo gobierno peruano se ha dado un giro al reconocer al gobierno de Caracas y deslindarse del auto-proclamado "Presidente Encargado" Juan Guaidó, con lo que Lima le ha dado el puntillazo final al Grupo de Lima. Torre Tagle ha decidido volver a la UNASUR, potenciar a la CELAC y reconocer a la República Árabe del antiguo Sahara hispano-hablante, cuyo terrirtorio ha sido ocupado por el reino de Marruecos y sus habitantes sufren limpieza étnica.
Cuando Lula estaba de Presidente en Brasil él hizo lo posible por impulsar a la UNASUR para convertirse en líder continental, pero con Bolsonaro se ha dado espaldas a ese proyecto y se ha preferido desarrollar el Pro-Sur y buenos lazos con Trump.
Hoy, el nuevo gobierno nacionalista mexicano quiere transformar a la CELAC en el gran bloque que una a su y centro América de manera autónoma frente a Washington. Es pieza clave en una estrategia compartida con Argentina.
Casi la mitad de los países van a ser representados por sus respectivos Presidentes o jefes de Gobierno (Argentina, Barbados, Belice, Bolivia, Costa Rica, Cuba, Dominica, Ecuador, Guatemala, Guyana, Honduras, México, Paraguay, Perú, San Vicente y las Granadinas, y Uruguay). Ademàs de estos 16 mandatarios concurren los vicepresidentes de 3 repùblicas hispanas (Colombia, El Salvador y Venezuela), y los cancilleres de 11 Estados (Bahamas, Chile, Granada, Haití, Jamaica, Nicaragua, Panamá, República Dominicana, San Cristóbal y Nieves, Santa Lucía y Surinam.
No es casual que varios de los Presidentes de las principales repúblicas que buscan cierta independencia ante EEUU son los más interesados en estar presdentes (Andrés Manuel López Obrador, el anfitrión mejicano; Alberto Fernández de Argentina, Luis Arce de Bolivia; Pedro Castillo de Perú; y Miguel Días Canel de Cuba. Los mandatarios de Venezuela y Nicaragua no asisten, seguramente, por delicados asuntos internos o para evitar que sus figuras, que han recibido muchos cuestionamientos por parte de sus enemigos, puedan generar inncesarias polarizaciones.
López Obrador llega como anfitrión a esta cumbre con altas tasas de aprobación y tras haber logrado en México hacer que la oposición venezolana vaya reconociendo a Maduro como Presidente y aceptar participar en elecciones locales y regionales.
Hay dos presidentes nuevos, como el derechista Guillermo Lasso del Ecuador y el izquierdista Pedro Castillo del Perú. Según una nota del washington Post este último y el mandatario mejicano, si bien son muy similares en sus orientaciones políticas, tienen estilos muy contrapuestos. El de la tierra de los charros puede hablar horas al día, mientras que el de la de los cholos es muy parco y casi "mudo".
Castillo va a tener la oportunidad de volverse a ver con sus homòlogos de Argentina, Bolivia y Ecuador que fueron a su juramentación y podrá conocer al de la Cuba que tanto admira Perú Libre y al de Méjico, el cual es, posiblemente una de sus principales inspiraciones.
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