Es un hecho que de la mano de la secularización, avanza a marchas forzadas en las últimas décadas la desestructuración de la familia y de la propia sociedad. A este fenómeno, advierten los obispos, no es ajena hoy en España la agenda ideológica del gobierno. Pero el documento presentado por el cardenal Omella y monseñor Argüello, presidente y secretario general de la CEE, apunta más alto.
Creo importante que lo conozcamos. “Los cristianos, dice el documento, no habitan un planeta lejano, inmune de las enfermedades del mundo”, reconoce el documento. El camino es la conversión, y desde allí articular nuevas formas y estilos de presencia que propongan “una propuesta de vida buena” para todos. Una propuesta precedida, sin ambigüedades, de un anuncio explícito, audaz y esperanzado, de la Palabra de Dios.
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